Entender tu muerte me salvó la vida
Entender tu muerte me salvó la vida
- The book explores the author's journey of grief and healing following the death of his father.
- It delves into different forms of therapy, spiritual guidance, and support groups that helped the author cope with loss.
- The narrative highlights the importance of self-discovery, emotional expression, and connecting with others who have experienced similar losses.
- It also covers the theme of finding love again, the value of support, and new ways of seeing life
Entender tu muerte me salvó la vida
@ProfGastonPerez1 week ago
ENTENDER TU MUERTE ME SALVÃ LA VIDA
Roberto Aguirre

ENTENDER TU MUERTE ME SALVÃ LA VIDA
Roberto Aguirre

Copyright © 2024 ROBERTO AGUIRRE
ENTENDER TU MUERTE ME SALVÃ LA VIDA
El Parlamento de las Aves, Casa Editora. Dirección Editorial: José Ramón Guerrero Padilla Diseño Editorial: Maribel Andrea Hinojosa Alvarado
Monterrey, Nuevo León México.
Todos los derechos reservados. Publicado y editado con el apoyo de El Parlamento de las Aves, Casa Editora. Estimulando la creatividad, defendiendo la diversidad en el ámbito de ideas y el conocimiento, promoviendo la libre expresión para favorecer la cultura viva.
A mà padre Roberto, mà ángel desde el cielo.
CONTENTS
Copyright


INTRODUCCIÃN
Nunca me habÃa detenido a pensar en la muerte, hasta que ese momento llegó a mi vida, el fallecimiento de mi padre, me hizo pensar, como la vida cambia por completo y en todo lo que afecta a tu entorno.
Superar una pérdida nunca va a ser fácil y mucho menos sanar tu alma de algo tan doloroso, pero el lograr entender y aceptar lo que pasó, te ayudará a poder seguir adelante y puedas asà continuar con tu vida.
Siempre hemos tenido miedo a la muerte, por ser algo desconocido e incierto, el no saber que va a suceder después, nos provoca una enorme angustia, pero este libro te ayudará y guiará en ese difÃcil proceso y asà puedas lograr entenderlo.
No siempre el fallecimiento de alguien tan importante en tu vida, necesariamente va a acabar con tus ganas de seguir adelante o que pierdas el ánimo de vivir, en muchas ocasiones como en mi caso, me sirvió Ì para encontrar mi verdadera labor, que es ayudar a las personas.
Me ayudó a encontrarme a mà mismo, a sanar todo aquello que no necesitaba, soltar cargas innecesarias y a perdonar a las personas que me habÃan hecho daño.
Hablar de la muerte, es un tema muy delicado y complicado de tratar. Porque cada persona tiene su propia idea y creencia religiosa, la intención de este libro no es cambiar ninguna de estas ideas, es únicamente proporcionar información sobre una manera muy personal de entender el tema.
Dios me ha guiado y de su mano, he podido ayudar a muchas personas que lamentablemente han sufrido y vivido este tan difÃcil proceso.
Espero que este libro te pueda ayudar y en él, encuentres las respuestas que necesitas. Para poder sobrellevar este proceso tan complicado que estás viviendo, te motive a buscar la ayuda que haga falta, ya sea de manera profesional y espiritual, darte cuenta de que no estás solo, que hay más personas que pueden guiarte.
Que puedas darte la oportunidad de volver a sonreÃr, de sentirte feliz y saber que tu vida no termina, al contrario, puede ser el inicio de una nueva etapa en tu vida, como lo fue para mÃ.
Si al leer este libro te identificas, y conoces a alguien que esté viviendo esta difÃcil situación, o esté pasando por un momento muy complicado en su vida, comparte este libro. Se que le va a servir de mucha ayuda.
SIEMPRE QUE TENGAS LA OPORTUNIDAD DE AYUDAR A ALGUIEN HAZLO, QUIZÃ TÃ SEAS LA ÃNICA PERSONA QUE LO HARÃ.
El tÃtulo del libro, ENTENDER TU MUERTE, ME SALVÃ LA VIDA.
Son las palabras que más se acercan a entender el propósito que tenÃa de escribir, de como un momento tan difÃcil y doloroso de mi vida, como lo fue la pérdida de mi padre, pudo guiarme a encontrar mi verdadera razón de seguir adelante y ayudarme a entender cuál era mi labor de vida.
Este libro, está escrito con todo el corazón y el sentimiento de haber sufrido esa pérdida. Pero también, compartir contigo el sentimiento de muchas personas con las que he tenido la oportunidad de platicar, escucharlos y saber cómo han podido salir adelante en esos difÃciles momentos. La vida de Juan, dio un giro inesperado y que cambió por completo su vida, la noche que recibió Ì esa llamada, anunciando la muerte de la persona más importante en su vida, lo dejarÃa en un profundo dolor.
Cuando creemos que la vida es injusta y te lastima tanto, que sientes que ya nada tiene sentido y no encuentras alguna razón para continuar. Pero el seguir adelante y buscar ayuda, el no darse por vencido, fue lo que lo motivó a pesar del sufrimiento y de lo difÃcil que es encontrar a las personas indicadas.
Cuatro personajes fueron la clave, para que Juan encontrara la paz y pudiera sanar su alma. Y asà pudiera entender el proceso tan difÃcil que estaba
viviendo. Después de varias terapias e intentos fallidos, encontró Ì a su psicóloga Andrea. Y entender, que la ayuda profesional es muy necesaria en este tipo de situaciones.
Encontró en su psicóloga una manera diferente de llevar la terapia, y poder crear una conexión y seguridad. Encontrar a Paola y su grupo de apoyo, darse cuenta de que no estaba solo. El hablar con más personas y encontrarse a sà mismo, le iban a ayudar mucho en su proceso.
Saber que las energÃas existen y que puedes crear lazos con la gente, sentir su dolor y aprender a dar y recibir ayuda.
Platicar con Ayuda Espiritual, en donde encontró Ì las respuestas que tanto buscaba, pudo entender de otra manera la muerte, encontrar paz en su alma y sobre todo, poder despedirse de su padre. Reforzar su fe, y conectar de una manera muy fuerte con su lado espiritual, saber que existen otras formas de ayudar.
De la manera menos pensada e inesperada, conoce al amor de su vida y Emma se convierte en la fortaleza para continuar. El amor, es una energÃa tan grande, que puede ser el motivo para que una persona encuentre su equilibrio, y sea el impulso que necesita.
Es necesario cerrar ciclos en la vida. Existen muchas formas de hacerlo, la carta de despedida de Juan a su padre. Es la muestra de cómo el amor trasciende, más allá de la muerte y le deja una paz en su corazón. Acompaña a este personaje en esta difÃcil experiencia.
Y con la ayuda indicada, pudo entender y cambiar por completo su vida, como una pérdida, un dolor enorme, pueden convertirse en una motivación y deseos de seguir adelante.
Sé que en muchos sentidos te vas a identificar con esta historia y te puede ayudar a sanar tu alma.
Roberto Aguirre
I. EL MOMENTO QUE CAMBIÃ MI VIDA
H ay un dolor inmenso en mi alma, un dolor que jamás pensé que podrÃa vivir, es un dolor inexplicable y que me está consumiendo.
Nunca habÃa vivido una experiencia tan amarga, tan triste y sobre todo tan fuerte que no puedo controlar. Mi mente busca explicaciones que no encuentro, mi alma busca una paz que siento que jamás voy a volver a tener, y mi cuerpo busca mantenerse con vida, en un momento donde lo que menos quiero es vivir.
La vida, es muy dura, es difÃcil, y hay experiencias complicadas, que te dejan un aprendizaje, duele mucho pero te ayuda, y al paso del tiempo esperas encontrar respuestas, pero; esto que estoy viviendo no logro entender cuál es el mensaje oculto, la experiencia que busca en mÃ, si es un dolor tan fuerte, que simplemente me rebasa.
Y ahora; ¿Qué voy a hacer?, ¿Qué sigue?, ¿Cómo lo manejo?, ¿Cómo continúa mi vida? ¿Qué va a pasar? ¿Me va a dejar de doler algún dÃa? No lo sé⦠Tantas preguntas sin respuesta, tantas incógnitas, tantas palabras que aún no puedo entender, pero lo único que sà sé, es que mi alma sufre demasiado.
Sabes que en algún momento va a pasar, quizá es tanto lo que sabes, que jamás lo esperas o mucho menos te preparas para eso, en algún momento de tu vida lo piensas, pero lo ves muy lejano, incluso te haces a la idea de que nunca va a suceder, pero no⦠Ya sucedió, ya pasó, eso que tanto temÃa, eso que tanto pedà que no pasara y esperaba nunca jamás experimentar ese dolor.
Las personas se acercan, te quieren consolar y lo entiendo, buscan ayudarte pero quizá no entienden lo que estoy pasando, algunos puede ser que sà lo
entiendan pero, siento que es diferente y lo único que quiero es que me dejen solo, que me dejen sufrir, vivir mi dolor.
Mi familia, la gente cercana me dicen, necesitas buscar ayuda, y sÃ, creo que sÃ, es necesario, pero... ¿Cómo hablar de esto que siento, cómo le explico a alguien que no conozco, que jamás he visto y que pienso no me va a entender?
Pasan los dÃas y sigo viviendo, pero no lo siento asÃ, solo estoy, solo existo, pero con una tristeza enorme, con mi alma herida y que pienso jamás va a sanar.
Me llamo Juan y perdà a mi padreâ¦
II. SU TIEMPO ACABÃ, LLEGÃ EL DÃA DE SU MUERTE
E que jamás voy a poder olvidar, la noche que sacudió Ì mi vida, que la sa maldita fecha; un dÃa martes trece de octubre a las 23:50 hrs, ese dÃa cambió de forma definitiva asà nada más, esa noche que pareció ser eterna.
Recibà la llamada para informarme de la muerte de mi padre, la llamada telefónica más dolorosa, y que detuvo toda mi vida por completo. No sabÃa que hacer, como reaccionar, que pensar, me quedé en un estado de shock, creo que aún estoy en él.
Pero cuando empiezas a pensar, y dices, es raro, bueno, no tenÃa idea que estuviera enfermo, o al menos nunca lo mencionó, quizá para no preocuparnos, o quizá también a él lo sorprendió Ì tanto como a nosotros, no lo sé... Pero se sentÃa extraño.
Muerte por paro cardiorrespiratorio, fue el reporte médico final, fue la explicación que nos dieron para tratar de asimilar lo que pasó, que en ese momento la realidad es que solo escuchas, tu padre falleció y ya no hay nada más que se pueda hacer, es con lo que se queda tu mente y la poca capacidad de entender que tienes en una situación asÃ.
No estuve ahà con él en sus últimos momentos, no estuve con él para poder despedirme, para mirarlo a los ojos por última vez, para poder tocarlo, para poder darle un beso de despedida y que sintiera lo mucho que lo amé, no estuve ahÃ, y eso no me ha dejado avanzar, no me deja vivir.
Me faltó tiempo para decirle tantas cosas, para vivir más experiencias a su lado, me faltó aprender más de él, me faltaron más regaños, más abrazos, más consejos, me faltan escuchar más de sus historias, me faltan más cumpleaños a su lado⦠Me falta mi padre.
La persona a quien más he querido, la persona que fue muy importante en mi vida ya no está, falleció Ì . Y cualquier cosa que te diga que significaba esta persona en mi vida es poco, no tengo palabras para describir lo mucho que él era para mÃ, solo sé que ya no está y no sé que hacer con este dolor.
III. NO ESTÃS SOLO, JUNTOS HASTA EL FINAL
L tanta y tantas personas, pero al mismo tiempo no sabes quién está ahÃ, o difÃcil y el terrible proceso de despedida, su velorio, donde ves a verlo en una caja son de las imágenes más duras e impactantes que he tenido, porque jamás te preparas para eso, verlo ahà como si estuviera dormido, descansando, con esas ganas inmensas de pensar que todo esto es un sueño, y en cualquier momento voy a despertar.
Estar ahà con él acompañándolo, pensando, asimilando, tratando de entender, pero no se puede, solo hay dolor en tu corazón.
Pasas la noche en vela sin poder dormir, mucho menos descansar, tu mente trabaja pensando en tantas cosas, pero al mismo tiempo no piensas en nada, solo sientes dolor, tristeza y ganas de morir.
Son momentos donde la soledad y el silencio te consumen, a pesar de estar rodeado de tantas personas, no encuentras tu lugar.
IV. TE FUISTE Y NO SE QUE HACER, MI ALMA SE SIENTE INCOMPLETA
C reà que era lo más difÃcil, que lo peor habÃa ya pasado, pero no, el momento final, el sepultarlo, verlo entrar en un pozo, saber que jamás voy a volver a verlo en mi vida, sentir en ese momento, que me deja, que me abandona, que se va lejos de mi para siempre, y ahÃ, pude vivir y sentir el mayor dolor que he tenido en toda mi vida, en ese momento, algo en mi murió Ì también junto con él, una parte de mi alma se fue en ese pozo de tierra.
No ha pasado mucho tiempo, es reciente pero estos dÃas para mà son eternos, porque no puedo hacerme a la idea de que ya no está, y a veces, mi mente me juega bromas crueles, donde pienso, que aún está en su casa, que si le llamo por teléfono me va a contestar, y lo hago, le llamo, pero no hay respuesta y vuelvo a aterrizar en mi dolor.
Mucha gente lo querÃa, lo apreciaba y sé que les duele, que sufren también, pero quizá en mi idea nadie sufre como yo, o nadie lo va a extrañar tanto.
Pero el tiempo sigue pasando y no sé qué hacer, no sé cómo manejarlo, cómo aceptar esto, cómo sanar, no lo sé, he decidido buscar ayuda, me lo han sugerido, la verdad no habÃa querido hacerlo. No sé, no hay una respuesta, pienso que quizá no era el tiempo o que en algún momento de mi vida iba a llegar esa sensación de querer ayudarme.
Pero ¿A dónde voy?, parece fácil la respuesta, pero en ese momento no lo era, más bien era confusa, asà que mi primer paso es: buscar a mis
amigos, familia, a mi entorno, a la gente cercana a mÃ, incluso aquellos que también sufrieron la pérdida.
Pienso, tiene sentido, los veo más tranquilos, no a todos, pero a la mayorÃa, como que superando esa pérdida y si te soy honesto, me daba coraje saber que ellos podÃan y yo no, que quizá no lo querÃan tanto y por eso ya no les dolÃa, idea tonta mÃa claro, pero asà lo sentÃa en ese momento. Aun asÃ, me dije, acércate y pide ayuda, y encuentras todo tipo de respuestas, desde un ánimo, échale ganas, hay que seguir adelante, poco a poco lo vas a superar y palabras asÃ, que bueno, es la ayuda que quizá me puedan ofrecer, lo agradezco, pero no es suficiente.
Algunos más platican conmigo, recordamos vivencias con mi padre, no me imaginaba que habÃa más gente que tenÃa historias con él, muchos recuerdos, experiencias que habÃan vivido con él, pero, solo abre más la herida, solo duele más, y siento que tampoco es la forma de sanar, al menos no para mÃ.
Otros más solo me escuchan, me desahogo, lloro y sufro pero al menos me ayuda, me libera, es una buena sensación, como que sueltas peso, sientes menos carga, pero sigue faltando algo más.
Y pienso, todos ellos, mi entorno, mi familia están ahÃ, que me apoyan, que me comprenden, pero siento que necesito más y sigo en esa búsqueda dolorosa de sanar mi alma.
Pero la vida sigue, y mi vida lamentablemente igual, sigue mi rutina, mis responsabilidades, que eso no se detiene, no me dan tiempo de duelo, no te dan tiempo de asimilar o entender, la vida es muy cruel en ese sentido, no entiende que perdà a mi padre, que no tengo ánimos ni cabeza para pensar, para hacer y seguir, pero mi fachada tiene que ser fuerte, nada pasa ni nada duele, la gente me pregunta, ¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes? Y la respuesta es: BIEN. -Asà nada más.
Y sigo adelante, bueno, en apariencia, porque por dentro el dolor es inmenso, y la tristeza que me acompaña desde ese dÃa, va conmigo todo el tiempo.
Sigues con tu vida y en la calle, la gente que te conoce te da el pésame, me dicen, siento mucho tu pérdida, te acompaño en tu dolor, y bueno, lo aceptas, tratas de entender, pero por dentro es, ya no me hablen
más de ese tema, no ven que es poner sal en la herida, una herida que si de por sà ya es muy grande y dolorosa.
Y qué sucede, pues te apartas, te aÃslas de la gente, tu vida social se acaba porque tienes miedo de que tu pérdida sea tema de conversación, y que tu dolor sea motivo de lástima, mira hasta donde llegas cuando estás totalmente perdido.
Te descuidas mental, fÃsica y emocionalmente en todos los sentidos, sientes una tristeza como si fuera un pozo sin fondo, como algo que no termina, que no le ves un final, y ni se diga pensar en amores, que la verdad no era algo que formara parte de mi vida antes de todo esto, y que por alguna razón nunca funcionaba.
No tuve alguna relación seria o formal, e incluso que me sintiera importante, creo que realmente nunca conocà el amor de una pareja, no lo sentà tan importante antes y ahora con todo esto que estaba viviendo, lo consideraba aún menos probable.
Estar solo en ese sentido lo veÃa y lo entendÃa como algo bueno, cuando una tristeza tan grande te invade, también llega una inseguridad, y no te sientes merecedor de tener a alguien en tu vida y piensas, con toda esta confusión que tengo, no quiero dañar a más personas, pero tampoco estaba cerrado a conocer a alguien, solo que mi vida en estos momentos era un caos total y lo único que querÃa era intentar sanar mi dolor.
Muchas veces, cometemos el error de buscar a alguien, solo para que nos ayude a sanar el dolor, a no estar solos y que la tristeza que sentimos poderla compartir, sin darnos cuenta de que estamos mal, creo que la otra persona tampoco merece esto. Es importante sanar antes de buscar una pareja, al menos es lo que pensaba, por eso la idea de buscar la ayuda, de poder encontrar paz, de poder sanar y recuperarme. Si es que en algún momento de mi vida querÃa estar en una relación, tener algo más que ofrecer. No solo a una persona perdida y sobre todo llena de confusión.
Sigo en la búsqueda de ayuda, pero piensas, necesito a un profesional, es lo lógico y buscas un psicólogo, pero tampoco sabes dónde o cómo empezar, era un territorio nuevo y algo desconcertante para mÃ.
Porque escuchas en algunas personas que los psicólogos no te ayudan, a otras personas que tuvieron malas experiencias, que fueron y no les funcionó, tantas y tantas cosas que escuchas que lo complican aún más,
porque entre mi confusión, mi dolor y esas referencias quedas aún más perdido de lo que ya estaba.
Aun asÃ, decidà buscar ayuda psicológica e irme por ese camino pensando que era lo correcto, esa ayuda que tanto necesito.
V. MI PRIMER TERAPIA PSICOLÃGICA
S pláticas y algunos anuncios que veÃa, pero al fin lo encontré Ì , al ser mi in saber en dónde buscar, encontré Ì a un psicólogo entre comentarios, primera experiencia en ir a una terapia no sabÃa qué hacer, me sentÃa muy nervioso y como que mi mente se puso en blanco, no sabÃa qué decir.
Estaba con el psicólogo en su consultorio, que la verdad el lugar parecÃa más a un consultorio de hospital, se sentÃa un ambiente muy frÃo, solo habÃa una mesa con dos sillas, se presentó Ì conmigo, era un psicólogo grande de edad.
Yo calculaba que tenÃa arriba de sesenta años, me saludó y nos sentamos a platicar, me preguntó que cuál era el motivo de estar ahÃ, de irlo a buscar, le respondà que era mi primera vez en terapia, que nunca habÃa ido con un psicólogo antes, le dije; que habÃa fallecido mi padre y me sentÃa muy triste, que no sabÃa cómo manejar lo que sentÃa y mis emociones.
Me hizo algunas otras preguntas, sobre mi entorno, mi familia, mi trabajo, cosas asÃ, platicamos durante unos 30 minutos aproximadamente, y su recomendación fue, que necesitaba tomar algunos medicamentos para la tristeza y depresión que sentÃa, que me iba a canalizar con un psiquiatra amigo de él, y ya con el medicamento y tratamiento adecuado me iba a sentir mucho mejor.
No supe qué contestarle, solo le dije que estaba bien, me dio la información del psiquiatra, que me comunicara con él, para asà poder agendar una cita, me despedà del psicólogo, le di las gracias por su tiempo y me retiré.
En el camino de regreso pensaba mucho, si realmente sentÃa que debÃa de tomar algún medicamento, no creà que lo necesitara, realmente me sentÃa muy triste por la muerte de mi padre, pero quizá sà era una depresión y no me daba cuenta, le comenté a algunas personas de mi entorno, si consideraban que era necesario tomar algún medicamento, algunos me decÃan que sÃ, otros que no y pues estaba como al principio, igual de confundido y sin saber qué hacer, ni a dónde ir.
Entonces me dije, deberÃa de buscar otra opinión, y asà saber si realmente necesito tomar algún medicamento o llevar algún tratamiento, si otro psicólogo me recomienda lo mismo, entonces puede ser que realmente sea necesario, pero por el momento decidà no ir al psiquiatra y esperar un tiempo, pensar bien las cosas y tomar la mejor decisión.
Pasaron algunos dÃas y decidà buscar ayuda con otro psicólogo, a pesar de que la primera experiencia no la consideré muy buena, sabÃa que este era el camino por seguir, que de alguna forma era la manera de ayudarme, y si sentÃa la necesidad de tomar medicamentos o llevar algún tratamiento lo iba a hacer.
VI. UN NUEVO PSICÃLOGO, EL MISMO DOLOR
E me comentó de él y me aconsejó que fuera, que lo habÃa ayudado sta vez me recomendaron a un psicólogo, una persona de mi entorno mucho, asà lo hice, pude contactarlo y agendar la cita.
Llegué a su consultorio, era muy diferente al anterior, se sentÃa mucho más tranquilo, el psicólogo era joven, quizá de unos treinta y tantos años de edad.
Entre a su consultorio, me saludó, y nos sentamos a platicar, él estaba en una silla y yo en un sillón frente a él, igual me preguntó el motivo de mi visita, ¿Qué porque habÃa ido a buscar ayuda?, ¿Si era mi primera vez?, le respondà que no, que ya habÃa ido antes a una terapia psicológica, le dije que el motivo era por la muerte de mi padre, que tenÃa poco tiempo que habÃa fallecido, que me sentÃa muy triste, y no lo podÃa superar, me preguntó;
¿Por qué ya no continuaste con el anterior psicólogo?,
¿Qué fue lo que pasó? Le dije, que solo habÃa ido a una sola terapia, pero su recomendación fue, que fuera con un psiquiatra, y necesitaba tomar unos medicamentos para mi depresión, y llevar un tratamiento, no fui con el psiquiatra, quise dejar pasar un tiempo y buscar una segunda opinión, por eso también estoy aquÃ.
Me dijo el psicólogo, que para eso son las terapias, para poder ver cómo estoy y determinar si realmente se necesita algún tratamiento, me comentó que su manera de trabajar es diferente, me gustarÃa primero poder platicar contigo, vernos algunas veces, llevar ese proceso de terapias previas, hablar de ti y de tus emociones.
¿Cómo te sientes con esto que pasó en tu vida? Y ya después, podemos ver si el medicamento es necesario.
Me pareció buena la idea, realmente eso era lo que buscaba desde la primera vez, poder platicar con alguien y que me pudiera aconsejar, que me ayudara a sanar mi dolor.
Nos vimos en una semana para la segunda terapia, llegué a su consultorio, pero no estaba bien, todo el camino me sentÃa muy molesto, ya tenÃa algunos dÃas que me sentÃa asÃ, y no sabÃa del todo porque, asà estaba en mi trabajo, con la gente que me rodeaba, como molesto con todo y con todos.
Me preguntó el psicólogo, ¿Cómo me sentÃa?, ¿Que habÃa hecho en esta semana?, solo le respondÃ, que bien, pero nada más, no hablé del porqué, ni le expresé lo que pensaba, me sentÃa incluso confundido, empezaba a cuestionarme si realmente querÃa la ayuda, si tenÃa que estar aquÃ.
Pensando que quizá el medicamento era la mejor opción, tontamente creyendo que iba a ser una pastilla mágica y al tomarla me iba a sentir mejor.
No coopere mucho en esa segunda terapia, me sentÃa perdido y sin ganas de ayudarme, sin ánimos de platicar, el psicólogo lo notó, y solo me dijo que si querÃa nos podrÃamos ver otro dÃa, que estuviera más dispuesto, le respondà que sÃ, que me disculpara, pero no me sentÃa bien.
Pasaron al menos dos semanas más para volver a vernos, serÃa la tercera terapia con el psicólogo, pero en ese tiempo y por alguna razón ya no estaba considerando ir más a terapia.
Sentà que aún no era mi momento de ayudarme, que no era el tiempo, que aún necesitaba pensar muchas cosas, que quizá era algo que solo iba a pasar, pensando que no era el único a quien se le morÃa alguien importante y quieres mucho, creyendo que poco a poco y con el tiempo, iba a sanar este dolor que sentÃa.
Llegué a la terapia pero realmente solo para agradecerle al psicólogo, le comenté lo que sentÃa, que creÃa que aún no era mi tiempo de hablar y abrir mis emociones, que agradezco mucho su tiempo y su intención de ayudarme, pero que iba a esperar.
Fue muy comprensivo, y entendió lo que pasaba, me dijo: no hay algún problema, no te preocupes, que era bueno que tomara esa decisión; y que
cuando yo considerara que fuera el momento indicado, buscará la ayuda ya sea con él, o con alguien más, me recomendó Ì , que si aún no sentÃa una seguridad de lo que quiero, que si no pienso que es el tiempo indicado, si estaba confundido, que por lo pronto no buscará tomar un medicamento. Que esperara a poder platicar con alguien previo, a tomar esa decisión. Agradecà mucho su consejo y me fui de su consultorio, me sentÃa triste, confundido y enojado por todo lo que estaba pasando, mi mente se sentÃa inestable, mis pensamientos e ideas, y ni hablar de mi ánimo que estaba por los suelos.
SabÃa que la terapia era la ayuda que necesitaba, pero aún no me sentÃa preparado para escuchar a alguien más, abrir mis emociones, y mis pensamientos, creÃa tontamente que nadie me iba a entender.
Volvió a fallar este segundo intento, pero creo que esta vez fui yo quién no coopero, no es ningún pretexto, pero en mi primer intento de ayuda y que no funcionó, me quedé con una mala idea o actitud, estaba más a la defensiva, no logré abrirme como se suponÃa tenÃa que ser, me di cuenta que no es el momento, que es tanto lo que quiero sanar, que necesito entender, necesito estar en calma para poder aceptar lo que me dicen, poder dar entrada a ideas, pensamientos, e incluso consejos de otras personas, y en ese momento no me sentÃa asÃ, penséÌ, voy a dejar pasar un tiempo, y realmente sentir esa necesidad y cuando me acerque a buscar la ayuda, ahora sÃ, dejar ayudarme.
VII. ANDREA
E tercera es la vencida, pensÃ©Ì que tal ncontré a una psicóloga, ya en mi tercer intento y creyendo que la
vez antes no era mi momento de buscar esa ayuda, por esas experiencias pasadas.
Pero esta vez dije, es mi tiempo, me siento más confiado y sobre todo más abierto a una nueva oportunidad de escuchar a alguien, cooperar, y fue cuando conocà a mi psicóloga de nombre Andrea .
Era alguien joven, no tenÃa mucho tiempo de haber terminado su carrera, pero me inspiró mucha confianza, habÃa algo diferente en ella, la verdad difÃcil de explicar, incluso desde su propio lugar de trabajo, en su consultorio, se sentÃa esa sensación de estar en casa, era como tener una plática entre dos amigos, era muy extraño pero me gustó, y desde el primer instante sentà paz, algo que estaba buscando.
En mi primera terapia, me dijoplatÃcame, ¿Cómo te sientes? Y en mi cabeza era, la verdad no quisiera hablar de ese tema porque duele muchÃsimo, pero para sanar hay que hablar, asà que solté mis sentimientos y le expliqué todo, me abrà por completo, le expresé lo importante que era para mÃ, y no saber cómo manejar esta situación.
La verdad me sentà bien, sentÃa mejorÃa, conforme las terapias tuve mayor confianza con mi psicóloga y podÃa platicar más de mis sentimientos, me daba consejos, me dejaba tareas, fui sacando cosas pasadas, daños guardados, incluso con mi padre, me ayudó a entender el proceso de manejar y controlar mis emociones, hablar de mi presente y logré encontrar después de mucho tiempo tranquilidad.
Iba a terapia una vez por semana, sentà que era lo que necesitaba, además me hacÃa mucho bien poder platicar con ella, bueno, realmente poder
platicar con alguien, porque en ese momento no lo hacÃa, no platicaba o me desahogaba con nadie, no tenÃa a alguien en mi vida que me pudiera escuchar porque me habÃa alejado de todo y de todos. Pasó algún tiempo y se fueron enfocando las terapias y la ayuda en ir sanando todo lo pasado, digamos, de la muerte de mi padre hacia atrás en mi vida, sentà que hacÃa falta, que era necesario, como me explicó mi psicóloga, sanar lo pasado te va a ayudar a entender tu presente y te va a dar una seguridad emocional en tu futuro.
SeguÃa en terapia, de ser una vez por semana a ser dos veces al mes, estaba avanzando mucho en el control de mis emociones, entendÃa cada vez más lo que habÃa pasado en mi vida, cosas que traÃa guardadas, como una mochila muy pesada, de tantas y tantas cosas que llevas ahÃ, y crees que nunca van a sanar.
Pero aún sentÃa un cierto vacÃo, quizá era normal, pero pensé Ì , si estoy sanando lo emocional, cosas de mi pasado, porque no sanar lo espiritual, reforzar mi fe, desde la muerte de mi padre algo ahà también se quebró Ì y decidà buscar ayuda por ese camino.
Hablé con mi psicóloga y me entendió, hasta me lo recomendó, le pareció una excelente idea buscar llenar ese vacÃo espiritual en mÃ, pero, no dejaba de ir a mis terapias con ella, sentÃa una seguridad y un apoyo emocional muy grande y en este comienzo de mi búsqueda, en ayudar a reforzar mi fe, reencontrar a Dios, sabÃa que Andrea me iba a dar un soporte muy importante.
VIII. MI REENCUENTRO CON DIOS Y LA PAZ QUE NECESITABA PARA SEGUIR ADELANTE
S bautizaron asÃ, aunque nunca llevé la religión como se supone debe de oy una persona creyente, creo en Dios, soy católico, bueno, me ser, pero siempre he sentido a Dios conmigo, a pesar de eso, desde ese terrible dÃa, me alejé de Dios, no me enojé con él, sin embargo, si lo cuestioné, le pregunté muchas cosas que no tuve respuestas, y pensé Ì , por este medio quizá las pueda encontrar.
Empecé a ir a misa, a escuchar la palabra, ir a la iglesia lo más que pudiera, retomar ese camino, en ese andar, encuentras personas que tratan de ayudarte, que saben de tu pérdida y quieren apoyarte, tuve la oportunidad de hablar con un sacerdote. Te puedo decir que me ayudó de cierta forma, pero me confundió, no pienso que todos los sacerdotes sean asÃ, me queda claro que cada persona es diferente, pero hablo desde mi experiencia.
Me platicaba sobre la vida eterna, sobre la vida después de la muerte, que mi padre está con Dios, en el cielo, cosas que ya conocÃa o habÃa leÃdo, pero, hasta cuando vives una experiencia asÃ, toman otro significado muy diferente.
Pero me decÃa que no llorara, que lo dejara descansar, que no lo preocupara, que lo soltara y siguiera mi vida como a él le gustarÃa, si lo entiendo, pero llorar es algo que no puedo evitar, me preguntó: ¿Si le
habÃamos hecho sus procesos religiosos, sus misas o rosarios? Y me sentà mal, incluso culpable de muchas cosas, porque ahora siento que quizá no está descansando, lo platiqué con mi familia, para preguntarles todo lo que el sacerdote me habÃa comentado y me dijeron que algunas cosas sà se hicieron, pero otras no. Porque mi padre ya habÃa dejado ciertas indicaciones antes de fallecer.
Sentà confusión en ese momento, sobre lo que se suponÃa que religiosamente, se tenÃa que hacer; y lo que habÃamos hecho con mi padre en su proceso de muerte, algunas personas me decÃan que era importante hacerlo, otras personas me decÃan que no lo era. Creo que en ese tema me quedé al aire, pero mi fe hacia Dios la volvà a encontrar. Eso era muy importante para mÃ, volver a sentir que caminaba de su mano.
Supe desde el primer momento que volvà a la iglesia, a escuchar la palabra, y volver a acercarme a Dios, mi fe regresó. V olver a conectar con él, sobre todo en mi dÃa a dÃa, volver a sentir ese amigo que siempre estuvo ahÃ, que nunca se fue, encontrar mi manera muy especial de creer en Dios, sabÃa que todo a partir de ese momento iba a estar bien, como escuchar su voz y decirme: 'No te preocupes, estoy contigo.'
En este acercamiento religioso con el intento de recuperar mi fe, también se viven experiencias amargas, porque encuentras a muchas personas con ideas muy diferentes a las que uno tiene, personas de otras religiones. Y me di cuenta de que hay muchas más, de las que no tenÃa idea.
Todas las religiones son respetables, no creo o pienso que una sea mejor que la otra, o que tienes que ir a cierta religión para encontrar a Dios y reforzar tu fe. Porque muchas veces escuchaba eso y veÃa cierta guerra entre religiones, entre personas, que defendÃan su postura y creencia. Se respeta, pero no era algo que estuviera buscando o sintiera que me hacÃa falta.
Volvà a encontrar a Dios en mi corazón y eso para mà era lo más importante.
IX. ENCONTRÃ EN MI PSICÃLOGA, OTRAS FORMAS DE SANAR
L y me preguntaba, ¿Cómo me sentÃa con ese acercamiento a mi fe? le e platicaba a mi psicóloga en las terapias, ella respeta la parte religiosa decÃa que bien, la verdad muy bien, pero algo confundido.
Porque sà me ayudó a encontrar de nuevo a Dios o más bien, regresar al camino de mi fe, muchas cosas se movieron y no estaba de acuerdo, o no pensaba igual sobre lo que veÃa y escuchaba en el entorno religioso, pero si te soy sincero, no era algo que me llegó a preocupar.
Al ir a misa, o a la iglesia sentÃa a Dios conmigo, cerca de mà y eso es todo lo que estaba buscando. Era lo que hacÃa falta en mi corazón, y encontrÃ©Ì la fuerza para poder seguir en esta dolorosa lucha de sanar mi alma. Pero ahora cerca de Dios sentÃa que era más fácil.
Me decÃa mi psicóloga: existen otras alternativas, terapias diferentes, por el lado espiritual, yoga, meditación, grupos de apoyo, constelaciones familiares, terapias de sanación etc. Y que quizá me podrÃan ayudar, que era otra manera extra de encontrar apoyo y me dio la curiosidad de buscar ese camino.
Era algo que me gustaba mucho de mi psicóloga, que era una persona de mentalidad abierta, que me entendÃa. Cuando le hablé de la religión, de mi fe, ella lo respetaba, me daba su punto de vista.
Siempre buscando la mejor manera de ayudarme, me recomendó esa otra opción, sabiendo que también me iba a ayudar en mi proceso, siempre respetando y guiándome en mi avance, sobre todo escuchando lo que sentÃa, y mis necesidades de encontrar esa paz que tanto anhelaba.
X. PAOLA
E de arte, de música, ncontré un grupo de apoyo donde hacÃan meditación, sanación a través
de yoga, pintura, etc.⦠A través de este medio, encontrar paz en el alma, me gustó el concepto, era algo diferente y nunca lo habÃa escuchado
Y desde el primer momento que la conocÃ, me dio mucha confianza, habÃa algo en ella, que sin saber cómo explicarlo, podrÃa lograr una conexión.
Paola era una mujer joven; pero con mucha energÃa, tiene un concepto y manera de ver la vida muy diferente, amante de los animales, que incluso la apoyan en sus terapias de sanación.
Platiqué con ella, como una especie de entrevista, para conocerme un poco y saber cómo guiarme. Hablamos a grandes rasgos de mi situación, lo que estaba viviendo, como me sentÃa y lo que habÃa pasado en mi vida.
Me decÃa, que hay en sus grupos uno en particular, donde van personas que han perdido a un ser querido. Que a través de su terapia de sanación han podido avanzar, la verdad me interesó mucho el tema, no lo pensé dos veces asà que me inscribÃ, y formé parte de su grupo.
XI. CONOCER A LA GENTE, ESCUCHAR SUS HISTORIAS Y SENTIR SU DOLOR
L a una sesión, para poder escuchar, as terapias eran los dÃas jueves, a las siete de la tarde, Paola me invitó
y saber cómo eran, de que se trataban. En el grupo de apoyo, eran alrededor de 10 personas, entre ellos habÃa gente joven, pero sobre todo gente que tenÃan más o menos mi edad y algunas personas mayores.
Estaban todos sentados y formaban como un cÃrculo entre ellos, Paola estaba ahà también, y cada uno se presentaba con el grupo, asà es como empezaba la terapia, cada uno se ponÃa de pie, decÃa su nombre, y el motivo por el cual estaba ahÃ, que al ser un grupo de apoyo, para personas que habÃan perdido un familiar o un ser querido, al momento de hablar decÃan quien habÃa fallecido.
Yo estaba en una esquina, fuera del cÃrculo, escuchando solamente, fue lo que me dijo Paola, que la idea era poder ver qué pasaba, y asà saber, si realmente querÃa formar parte del grupo de apoyo.
Cada persona se fue presentando, y platicando un poco sobre su situación, lo que estaban viviendo y lo difÃcil que era poder llevar ese proceso, lo mucho que estaban sufriendo, si algo bueno veÃa en esto, era que todos se podÃan identificar, cada una de esas personas que estaban ahÃ, sabÃan perfectamente cómo se sentÃa ese dolor, cada uno de nosotros entendÃamos muy bien a la persona que tenÃa el turno de hablar.
Escuché ese dÃa todo tipo de historias, la manera de cómo fallecieron sus seres queridos, como lo más difÃcil es perder a un hijo pequeño, o alguno de tus padres, amigos muy cercanos, gente mayor que estaban en un hospital,
ya muy enfermos, y aunque uno pensarÃa, que ya estás preparado o lo esperas, que serÃa más fácil, y te das cuenta que no lo es. La terapia de sanación duró aproximadamente dos horas, donde cada uno de ellos va participando, unos hablan más que otros, a muchos, si no es que a la mayorÃa, el llanto y la tristeza no los dejaba hablar, pero se sentÃa una bonita sensación de apoyo entre todos. Acabó la terapia, me acerqué con Paola y me preguntó, ¿Qué te pareció Ì la sesión, quieres participar? Le contesté, que sÃ, que me gustarÃa mucho poder formar parte del grupo, me sentà identificado con todos y, además, siento que con este tipo de pláticas, me va a ayudar mucho en mi proceso.
Me dijo Paola, perfecto, te espero el próximo jueves a las siete, llega puntual.
XII. COMPARTO CON MI PSICÃLOGA LA EXPERIENCIA EN EL GRUPO
T un grupo de apoyo alternativo, algo diferente, es un instituto, donde enÃa terapiacon mipsicólogaAndrea,yle platiqué que habÃa encontrado hacen muchas cosas, pero todo con la idea de sanar, hacen pintura, música, grupos de apoyo, etc. Es muy interesante todo lo que hacen ahÃ, la persona a cargo se llama Paola, es una mujer joven, habla mucho, y tiene mucha energÃa.
Fui a preguntar de qué se trataba, y pude platicar con ella un buen tiempo para conocernos, y le expliqué mi situación, me recomendó Ì un grupo de apoyo que tiene, de personas que han perdido a un ser querido, y me inscribà en ese grupo, ya fui a una sesión de oyente, y asà saber cómo es la manera que se llevan las terapias, conocer a las personas, la verdad me gustó mucho, y siento que me va a ayudar en mi proceso.
Me dijo Andrea, que bueno, me da mucho gusto que hayas ido, y sobre todo que te animaras a formar parte del grupo, también pienso que te va a servir, poder ver y escuchar a más personas que están viviendo lo mismo que tú, cada uno a su manera y forma, pero entendiendo la pérdida.
Si, me siento muy motivado de ir, son los jueves las sesiones, y espero con mucha emoción ese dÃa y la próxima vez que nos veamos, poder platicarte como me fue.
Me despedà de Andrea y me retiré del consultorio, me sentÃa muy emocionado y nervioso de poder ir a la terapia, sólo con algunos de mis familiares, y muy pocas amistades, nunca habÃa platicado, o hablar de mis emociones con gente que no conozco, bueno, aparte de los psicólogos,
pero con el grupo sentÃa esa confianza de hacerlo, todos ellos saben lo que es perder a alguien que quieres y lo que diga en la sesión, sé que me van a entender.
XIII. MI PRIMER SESIÃN EN EL GRUPO DE APOYO
L minutos antes de empezar la sesión, desde que salà de mi casa, en el egó el dÃa, jueves a las siete de la tarde, estuve ahà como treinta trayecto al instituto, iba pensando mucho en lo que pasarÃa, ya habÃa ido antes como oyente, pero no es lo mismo que ya formar parte del grupo, y hablar frente a ellos.
Me sentÃa muy nervioso, pero al mismo tiempo emocionado, empezaron a llegar todos los del grupo, cada uno tomaba su silla y se iban sentando, otros más, estaban platicando entre ellos, en una esquina habÃa una mesa con agua, café y galletas que podÃas tomar.
Llegaron todos, y cada uno tomó su silla, estábamos igual, en una especie de cÃrculo, en eso entro Paola, y con ella venÃa un perrito, no conozco mucho de perros, pero era uno muy bonito, de color dorado, algo grande, se llamaba Travis.
Paola se sentó en la silla y Travis estaba a un lado de ella, desde que llegó, todos empezaron a saludar al perrito, se acercaban a acariciarlo y preguntamos, porque lo habÃa traÃdo, y Paola solo contestó, que en un momento nos darÃamos cuenta.
Empezó la sesión, la única persona nueva era yo, en comparación a la terapia anterior, Paola se levanta, nos da la bienvenida y dice, hoy vino alguien nuevo, que se acaba de integrar al grupo, vamos a darle todo el apoyo que necesita, me dio las gracias, y todos me dieron un aplauso.
Paola nos pregunta; ¿Quién quiere empezar? Se levanta una muchacha, se veÃa joven, y nos empieza a platicar lo que pasó y su experiencia.
XIV. TESTIMONIO DE IRASEMA
H ola a todos, me llamo Irasema, estoy aquà en este grupo, porque acabo de perder a mi madre, ella estaba en el hospital, tenÃa una enfermedad muy grave y sufrÃa mucho, estuvo internada varios dÃas, al parecer todo iba bien y nos daban mucha esperanza de recuperación, pero no fue asÃ, y ella falleció.
Cuando ella dijo; falleció⦠Comenzó a llorar con un sentimiento muy fuerte, empecé a observar y veÃa alrededor que todos estábamos llorando junto con ella, me identifiqué en ese momento con Irasema, con su dolor.
Ella seguÃa llorando y en eso se acerca el perrito y pone su cabecita en las piernas de ella, Irasema lo empieza a acariciar y se fue calmando poco a poco, y el perrito seguÃa ahà con ella, en ese momento, me di cuenta, que Travis ayudaba mucho en el dolor de las personas, como un soporte.
Irasema nos sigue platicando, mi madre era una muy buena persona, ayudaba a la gente, no se metÃa con nadie, ni tenÃa problemas con nadie, siempre me he preguntado porque murió, no se me hace justo.
Siempre he tenido fe, creo en Dios, toda mi familia somos creyentes, porque mi madre nos lo inculcó a todos desde pequeños, pero esos dÃas en el hospital, donde mi madre estaba muy enferma, hablaba mucho con Dios, rezaba todos los dÃas, le pedÃa mucho por la salud de mi madre, le decÃa a Dios, que la sanara, que la aliviara, y saliera de ese hospital, pero no fue asÃ.
Desde ese dÃa he pensado, que Dios no me escuchó, que quizá, no soy buena hija, o buena persona y por eso no sucedió Ì lo que yo pedÃa tanto, mi madre falleció Ì y me duele muchÃsimo.
A partir de ese momento, me alejé de Dios, siento un enojo y una impotencia muy grande, quizá estoy mal, pero es algo que no puedo dejar de sentir, sé que me va a llevar tiempo sanar esto que siento, esto que pasó en mi vida, pero me he alejado mucho de mi fe. Todo eso que Irasema platicaba, lo entendÃa perfectamente, porque me pasó igual, yo no me enojé con Dios, pero si lo cuestioné mucho, tenÃa preguntas sin respuestas y me alejé de mi fe, he podido recuperarla poco a poco, y con la ayuda de las terapias, mi acercamiento con Dios me ha ayudado mucho, pero sabÃa, cómo se sentÃa Irasema en ese momento de su vida.
Terminó de hablar Irasema ante el grupo, todos le dimos palabras de ánimo, el perrito seguÃa ahà con ella, se veÃa más tranquila, en comparación de como estaba antes de empezar a hablar.
XV. TESTIMONIO DE PEDRO
B uenas tardes a todos, me llamo Pedro, me acerqué a este grupo de apoyo, esperando encontrar paz en mi alma, mi hermano murió, se suicidó.
Ãl era joven, y tenÃa toda una vida por delante, y no sé porque lo hizo, en ese momento, comenzó a llorar, se le veÃa un semblante muy triste, la cara se le desencajó por completo, cuando pasó eso, el perrito va hacia con él y se sienta a su lado, Pedro lo comienza a acariciar, poco a poco se fue calmando y continuó diciendo.
Mi hermano y yo, éramos muy unidos, andábamos juntos en todo, pero de un tiempo para acá, se empezó a juntar con malas personas, yo se lo decÃa, pero no me hacÃa caso, en ese grupo de gente, conoció a una muchacha y se hicieron novios, pero estoy casi seguro que empezó Ì a consumir alguna droga, porque lo veÃa diferente, se empezó a alejar de mÃ, y de todos en general.
Después, supe que terminó la relación con su novia, y lo veÃa muy triste, buscaba la manera de acercarme a él, pero me rechazaba, se la pasaba encerrado, y sin hablar con nadie, varias veces le comenté, que buscara ayuda, pero no querÃa hacerlo.
Un dÃa, llegué a mi casa, y al entrar en su recámara, se habÃa quitado la vida, se tomó demasiadas pastillas, y dejó una carta de despedida, diciendo, que era su salida, para quitar el dolor que sentÃa y la tristeza enorme que habÃa en él.
Desde ese dÃa, me siento culpable por su muerte, siento que debà haber hecho mucho más por él, haberlo obligado a ir a buscar ayuda, no sé, hacer algo por mi hermano y no pude hacerlo, me duele mucho su muerte, porque era alguien muy importante para mÃ.
No pude despedirme de él, no estuve ahà para impedir que hiciera eso, no pude decirle lo mucho que lo querÃa, siempre daba por sentado que él lo sabÃa, pero ahora me doy cuenta que no es asÃ, que quizá, si se lo hubiera dicho más, no hubiera tomado esa decisión de suicidarse, que si lo hubiera apoyado más, eso no hubiera pasado.
Me quedé muy impactado con el testimonio de Pedro, era una historia muy triste y el perder a alguien tan importante, marcó por completo su vida.
Todos nos identificábamos con su pérdida, y el dolor que sentÃa, como muchas veces, te sientes culpable por la muerte de un ser querido, y eso te tortura por siempre.
Yo tampoco estuve en los últimos momentos junto a mi padre, y no pude despedirme de él, se lo difÃcil que es, y me identifico con Pedro, siempre piensas, que la persona sabe lo que uno siente por ellos, y no decimos lo que sentimos en el momento, y después, ya es demasiado tarde.
Terminó de dar su testimonio, nos agradeció por escucharlo, todos le dimos palabras de ánimo y Travis estaba ahà con él, acompañándolo.
XVI. ES MOMENTO DE COMPARTIR CON EL GRUPO MI TESTIMONIO
E habÃa pasado en mi vida, asà que me puse de pie. n ese momento, sentà que era mi turno de hablar, de compartir lo que
Hola a todos, me llamo Juan, es la primera vez que estoy en un grupo de apoyo, y que hablo de mis sentimientos, frente a personas que no conozco, pero, con lo que he escuchado, y los testimonios que han dado, siento que los conozco de siempre.
Hace poco tiempo mi padre falleció, él era alguien muy importante en mi vida, murió en un hospital, y aparentemente no estaba grave, o que tuviera alguna enfermedad.
Ha sido un proceso muy complicado, donde mi dolor, mi tristeza, me han acompañado desde ese dÃa, he buscado la ayuda psicológica, pero los primeros intentos, no fueron muy buenos que digamos, pero ahora, estoy con una psicóloga que se llama Andrea, y me ha ayudado mucho, poco a poco me he sentido mejor.
Pero hay muchas cosas que aún me duelen, preguntas que no he encontrado alguna respuesta, su muerte, no la he podido superar.
No estuve con él en sus últimos momentos, no pude despedirme, y eso no me ha dejado avanzar⦠en ese momento, comencÃ©Ì a llorar, traté de calmarme, pero se venÃan muchos pensamientos y recuerdos a mi cabeza, el perrito se acercó conmigo y lo empecé a acariciar, es impresionante lo que puede ayudar, sentir esa energÃa que Travis tenÃa, de alguna manera y sin saber cómo, pero te da una calma, nunca habÃa sentido
algo asÃ. Continúe platicando sobre lo que habÃa pasado y de cómo poco a poco habÃa recuperado mi fe, que sentÃa iba por buen camino.
Les agradecà a todos por escucharme, y dejarme formar parte del grupo, que sabÃa que me iba a ayudar mucho el estar ahà y poder escucharlos a todos.
Me dieron palabras de ánimo y sentà algo muy bonito, el saber que no estaba solo, y que no era el único que estaba pasando por una situación asÃ.
Terminó la sesión, habÃan pasado ya las dos horas, todos nos despedimos, me acerqué a cada uno de ellos para saludarlos, ya que al ser nuevo en el grupo, consideré que era lo correcto.
Fui hacia donde estaba Paola, y le pregunté, ¿Cómo es que el perrito hace eso, es impresionante lo que se siente cuando se te acerca, porque pasa eso?
Me respondió-. Si, verdad, es algo increÃble de creer, pero los animalitos sienten la vibra de las personas, y les ayudan a equilibrar esa energÃa, Travis está preparado para ayudarme, en este tipo de terapias, lo he acercado con la gente y les ha gustado, de hecho, cuando no lo he traÃdo, me preguntan por él, antes que por mi... ambos sonreÃmos.
¿Cómo te sentiste en la terapia? Me preguntó - le dije: que la verdad muy bien, que me habÃa ayudado bastante el poder hablar con más personas, escuchar sus historias, e identificarme con ellos.
Quiero seguir viniendo al grupo, me sentà muy bien, creo que con la ayuda psicológica que estoy llevando y estas terapias en el grupo, me van a servir mucho.
XVII. LAS TERAPIAS CON MI PSICÃLOGA ANDREA ME DABAN FORTALEZA Y CADA VEZ ME SIENTÃ MEJOR
V olvà a terapia con mi psicóloga Andrea, sobre todo, para platicarle cómo me habÃa ido en la sesión del grupo de apoyo.
¿Cómo te sentiste?, me preguntó, le dije, muy bien, en un principio, con muchos nervios de hablar enfrente de la gente, pero al empezar a escuchar otros testimonios e historias, me sentà más seguro de mà mismo y quise participar.
Escuché historias muy tristes, todos en el grupo nos identificamos con el dolor del otro y lo que está sufriendo, como cada uno, a su manera, están viviendo su proceso.
Les platiqué, sobre lo que a mà me pasó, sentà mucho el apoyo de los demás y de cómo poco a poco, voy avanzando, les hablé de ti, de cómo me has ayudado muchÃsimo y lo importante que has sido en mi vida, creo que algunas personas te van a buscar, porque te recomendé mucho y les hablé muy bien de ti, ambos nos reÃmos.
Le dije, sabes, en las terapias está un perrito de apoyo, se llama Travis, Paola lo llevó, es muy lindo y le ayuda con la gente, cuando una persona que está hablando, empieza a llorar, o se siente muy triste, el perrito se le acerca, y eso le ayuda mucho, cuando yo hablé, y me sentà asÃ, se me acercó, y de verdad sientes una energÃa muy bonita con el perrito.
Me explicó Paola, que su perrito está preparado para ayudarle con la gente, que equilibra la energÃa de las personas en ese momento, y la verdad es que
si, se siente algo muy diferente.
Me dijo Andrea, sÃ, he escuchado algo sobre eso, que hay terapias con algunos animales, como caballos, delfines, etc. Que ayudan en esos procesos de la gente, es algo muy bonito.
Si, le respondÃ.Me gustó mucho ese concepto, nunca lo habÃa vivido, y sentà que me ayudó, quiero seguir en el grupo de apoyo, la verdad me sentà muy bien.
Poco a poco veÃa que mi vida mejoraba; que era otra persona, alguien diferente, con más entusiasmo, con más fuerza y sobre todo con más confianza en mà mismo.
Con mi psicóloga Andrea, iba a terapia una vez al mes, me sentÃa cada vez mejor con ella, hablábamos de muchas cosas, le platicaba mis planes, ideas, cosas que querÃa lograr en mi vida, admiraba mucho su labor, su trabajo de ayudar a las personas, que estaba eternamente agradecido por todo lo que habÃa hecho por mÃ. Y que fue alguien muy importante, para lograr salir de ese pozo
donde me encontraba.
Que no solo fue la pérdida de mi padre, si no todo aquello que habÃa guardado en mÃ, ayudarme a sanar y entender todo lo que habÃa pasado en mi vida.
Cuando iba a terapias de sanación, le platicaba a Paola de mi psicóloga Andrea, de cuanto ella me habÃa ayudado, que era alguien diferente.
Siempre pensé, que hubiera sido buena idea que en algún momento se conocieran ellas dos, creo serÃa algo muy interesante, o al menos que supieran que cada una, a su manera y forma, estaban haciendo algo bueno por las personas, que ayudaban a la gente a sanar, a encontrarse a sà mismos y que se habÃan convertido en dos pilares importantes en mi vida.
Cada vez me sentÃa mejor conmigo mismo, me atraÃa la idea de poder aprender a ayudar a las personas. Una vez con mi terapeuta Paola, le pregunté, ¿Cómo ella habÃa empezado a hacer lo que hace?, ¿Cómo inició en todo este maravilloso mundo de la energÃa, de sanar, de ayudar? Me platicó: Que ella conocÃa a alguien, que en su momento la habÃa ayudado a encontrar su camino. Que era otro tipo de ayuda, otra alternativa
diferente, ya para ese momento de mi vida, estaba muy involucrado y me llamaba mucho la atención todo sobre ese tema.
Le pregunté sobre esa persona y me dio su información. Pasó algún tiempo para tomar la decisión de buscarlo, porque la verdad era mucha mi curiosidad, pero un cierto temor a la vez, era algo diferente por lo que escuché o entendÃ, sabÃa que no era algo malo, porque no me lo hubiera recomendado mi terapeuta Paola.
Pero no sé cómo explicarlo, era algo que sentÃa tenÃa que hacer. Incluso en mi terapia con mi psicóloga Andrea, lo platicamos en una sesión, e igual me decÃa: que me diera la oportunidad de conocer algo diferente, que si sentÃa que me iba a ayudar lo buscara.
Me decÃa, mira cómo te fue con tu terapia alternativa, como ahora Paola es alguien importante en tu vida, le diste la oportunidad, y te diste la oportunidad a ti de conocer algo nuevo, funcionó, porque no pensar que también esto que quieres buscar, puede funcionar igual o mejor de lo que piensas.
Andrea me daba mucha seguridad y confianza en las decisiones que querÃa tomar. La verdad, es que ya en ese momento de mi vida, me sentÃa mucho más fuerte que antes.
XVIII. AYUDA ESPIRITUAL
Y bueno, tomé la decisión y pude comunicarme con él, pasó más tiempo de lo que pensé, porque se encontraba fuera de la ciudad, viajaba a muchos lugares haciendo su trabajo y eso me dió aún más curiosidad, asà que tuve paciencia y esperar su regreso, a su manera de trabajar él le llamaba AYUDA ESPIRITUAL.
AtendÃa a las personas por medio de citas, y por fin pude agendar una cita con él, la fecha nunca la voy a olvidar, fue un lunes catorce de mayo, a las dos de la tarde. Asà que ese dÃa me preparé para ir, sin saber realmente que iba a suceder.
La verdad si estaba nervioso, pero con mucha curiosidad, porque no sabÃa a ciencia cierta de que se trataba; que iba a decir, o él que iba a hacer, solo sé que ayudaba a la gente, que veÃa a muchas personas y viajaba mucho. Pero nada más, era toda la información que tenÃa.
El trayecto hacia donde él se encontraba o consultaba a las personas, se me hizo eterno, entre mis nervios y deseos de llegar, hacÃan que el tiempo pasara más lento.
Al fin llegué a su lugar de trabajo, toqué la puerta, él salió, me recibió muy amable. le dije: que me llamaba Juan, que era su cita de las dos de la tarde. Me respondió: Hola Juan, buenas tardes, sà claro pasa, adelante, te estaba esperando.
Me acompañó hacia su lugar, era como una especie de consultorio, muy parecido como a un consultorio de un psicólogo, más o menos me daba una idea, porque ya habÃa ido a tres consultorios psicológicos antes.
De alguna manera me recordó un poco al consultorio de mi psicóloga Andrea, se parecÃan, o quizá porque al igual que en el consultorio de ella, al
momento de llegar, sentà una paz y tranquilidad, me dio esa misma sensación en su consultorio.
Me transmitió una bonita energÃa, un lugar que proyectaba mucha luz, es difÃcil poder explicarlo, pero ese consultorio de ayuda espiritual me hizo sentir de inmediato una confianza.
Esta primera visita con él, o terapia, por asà llamarlo, fue más una manera de conocernos; de él saber quién era yo, e igual para mÃ. Porque tenÃa muchas dudas al respecto.
Me preguntó, ¿Cómo fue la manera que llegué con él?, ¿Cómo me habÃa enterado de su ayuda? Si alguien lo hubiera recomendado. Le dije que sÃ, que fui a unas terapias alternativas, con una muchacha de nombre Paola.
Me dijo: Ah sÃ, claro, Paola, la recuerdo. Y ¿cómo está? Hace ya tiempo que no la he visto, sé que hace su labor y ayuda a la gente, me da gusto por ella, le respondÃ: que estaba bien y le platiqué que ella habÃa hecho mucho por mÃ, que me habÃa ayudado bastante y era alguien importante en mi vida, me respondió Ì : me da mucho gusto, cuando la vuelvas a ver dale mis saludos.
Le pregunté: ¿Qué cuál era su trabajo?, ¿Qué hacÃa, o cómo era su manera de ayudar a las personas?
Me dijo: mira, esto que yo hago, esta labor de vida es ayudar a la gente, no es algo que vea o entienda como un trabajo, sino más bien como una labor.
Mi padre que ya falleció, se dedicaba a lo mismo, bueno, más bien yo hago lo mismo que él hacÃa, al momento que él murió Ì , fue cuando yo comencÃ©Ì con todo esto, a seguir de alguna forma su labor y continuar con lo que él habÃa iniciado, seguir un legado, siempre lo he dicho, fue la mejor herencia que pude recibir de él, poder ayudar a las personas.
Cuando él mencionó a mi padre que ya falleció, inmediatamente, sentà que me iba a poder entender.
HabÃamos vivido lo mismo o pasado por las mismas circunstancias, y por la manera que lo dijo, sentà también que era alguien muy importante para él, como lo era mi padre para mÃ, son de esas extrañas veces que haces una conexión con alguien que no conoces, pero como que el mismo dolor nos une. Continuó diciéndome: mi padre falleció Ì hace algunos años ya, y
desde ese tiempo estoy haciendo esta labor, salgo mucho de viaje, voy a diferentes lugares, para ayudar a las personas. Por eso cuando te comunicaste conmigo, no estaba disponible en ese momento, normalmente asà es la forma de llevar esta labor o trabajo.
Espero primero Dios, tenga la manera, la fuerza y salud de seguir viajando, para asà seguir ayudando a más personas y llevar mi labor a quienes más lo necesiten.
Mi manera de trabajar es de muchas formas, depende mucho cual es el problema que la persona tenga, o la situación que esté viviendo, no soy un psicólogo como tal, aunque muchas veces hago esa función.
Pero siempre siendo muy claro y honesto, muchas veces las mismas personas me dicen, que sienten ese apoyo psicológico conmigo, a veces se sienten mejor, que incluso con un psicólogo, no digo que sea mejor o peor que ellos, solo que mi labor o mi trabajo es diferente, y quizá eso es lo que termina ayudándoles y sienten ese cambio.
Todo esto que me estaba platicando también lo pude entender, sabÃa a lo que se referÃa, porque yo acudà a dos psicólogos diferentes antes de conocer a Andrea.
Tampoco sentà que me ayudaron, es a lo que ayuda espiritual se referÃa, que por alguna razón esas personas que lo encontraron, sintieron el apoyo diferente y pudieron sanar. Algo que yo encontré Ì con Andrea, pero entendÃa perfectamente de lo que me estaba hablando.
Me decÃa: Ayudó a las personas de una forma espiritual, como un guÃa, un guÃa espiritual, que es el nombre que le doy a lo que realizó, este Don que Dios nos prestó a nosotros como familia, lo utilizo para ser un intermediario con las personas, mi manera de conectar con Dios es algo que puedo usar para sanar, yo le llamo: SANAR EL ALMA DE LA GENTE.
Cuando me decÃa eso, también podÃa entenderlo, porque creo mucho en Dios y sé que existen personas con dones o sensibilidades. Ãl era una de esas personas, era algo en lo que creo también, con Paola conocà más esa parte de energÃa y conexión. Y le pregunté. - ¿Algo como lo que hace Paola? Me dice: Si, algo muy similar, pero a la vez diferente. Cada uno tiene su manera de ayudar.
Continuó diciéndome: He apoyado a personas con depresión, ansiedad, tristeza, en su trabajo o con sus negocios para que les vaya mejor, con alguna adicción, con problemas emocionales o algún trastorno.
La maldad existe y he podido ayudar en situaciones de brujerÃa / hechicerÃa, como le gustes llamar. También he apoyado en situaciones de liberaciones espirituales o posesiones, asà como en casos de envidia, celos, las famosas malas vibras o energÃas, es un tema largo y que da mucho de que platicar, todo esto nos afecta más de lo que creemos o pensamos.
Y puedo agregar que también mi ayuda la dirijo hacia casos donde han perdido a un ser querido y los guÃo en su proceso de sanación. No tengo una varita mágica para ayudar a las personas, aunque serÃa bueno tenerla créeme, ambos sonreÃmos. Pero de alguna manera creo que puedo apoyar de muchas maneras, conectar con las personas y puedan sanar su alma.
Pero en mi mente resonó y mucho, cuando dijo: Ayudar a personas que han perdido a algún ser querido, como que una energÃa entró en mÃ, me hizo sentir bien, no sé cómo explicarlo, pero fue algo mágico en ese momento, porque sentà muy dentro, que ese hueco en mi alma, que siempre he buscado sanar, lo podÃa encontrar aquÃ.
La verdad todo lo que me decÃa me daba mucha curiosidad, era mucha información que tenÃa que asimilar en ese momento, incluso eso de la maldad o brujerÃa, era un tema interesante, no sé porque razón, pero como que ese tema siempre llama la atención.
Me decÃa: Tengo mi forma de trabajar diferente, como te lo comentaba, no mejor o peor que otras personas. Solo diferente, es lo que me han enseñado y guiado, lo llevo en práctica con la gente, realizó ciertas terapias, no terapias psicológicas tal cual. Yo les llamo terapias de sanación o terapias espirituales, donde de esa forma puedo ayudar de una mejor manera a sanar.
Ya en su momento te explicaré con más detalle cómo funcionan, si es que es lo que vamos a trabajar contigo o sientes que necesitas.
Dentro de mi trabajo realizo, lo que es la parte paranormal y esotérica, hago interpretación de cartas, pero también lo hago de una forma muy diferente a lo que mucha gente cree, o sabe sobre esos temas, incluso personas que se
dediquen a algo similar a lo que yo trabajo, también en su momento te lo puedo explicar mejor, si es algo que te interese.
Y en mi mente era de; ¡Si me interesa! La verdad, hay muchas cosas que me gustarÃa saber, porque con el paso del tiempo uno va escuchando, y que no lo entiendes, sobre todo eso que él mencionaba el tema paranormal y esotérico.
Como que son cosas que aun en esta época, se les considera tema tabú.
Me sorprendà un poco, porque cuando busqué el camino religioso o de la iglesia para acercarme a Dios y reencontrar mi fe, conocà a muchas personas que andaban muy involucradas en todos estos temas, buscaban las lecturas de cartas o tarot, que les leyeran la mano y cosas asÃ, no me asustó ni mucho menos, creo que todo eso existe, pero la manera que lo hacÃan, o platicaban que trabajaban estas personas, no me gustaba mucho, no me daba la confianza, se escuchaba más que ayudar a la gente, era como más fantasioso, o con la idea de quitarles dinero, o al menos asà lo veÃa yo. Y todo eso se lo querÃa preguntar en su momento.
Me decÃa también, que todo lo que es la numerologÃa, astrologÃa, cartas astrales, fases lunares, estudio de energÃas, parapsicologÃa, demonologÃa, elementos naturales, protecciones etc. formaban parte de lo que él trabajaba.
Hay muchas maneras de ayudar a la gente, y cada persona vive circunstancias o tiene necesidades muy diferentes. Me daba cuenta que era una persona que conocÃa mucho de esos temas, que sabÃa de lo que hablaba, y la verdad me interesó mucho el conocer más, como que todo esto te va envolviendo.
Me dijo: Que su labor no la cobraba, que no tenÃa un precio o tarifa, que todo lo que él hacÃa era bajo APORTACIÃN VOLUNTARIA.
Eso fue algo nuevo para mÃ, nunca habÃa escuchado de algo asÃ, no sabÃa cómo funcionaba, pero de alguna manera lo único que sà podÃa entender, es que era alguien que al menos no veÃa la manera de sacarme provecho económicamente.
Porque si llegaba a escuchar en personas, que iban a ciertos lugares o con ciertas personas, que les cobraban cantidades enormes de dinero. Bueno, al menos para mi manera de pensar, no era algo real o solo los engañaban.
Cuando me hablaba del tema dinero me decÃa: mira, el no cobrar mi trabajo tampoco lo hace mejor o peor que otras personas, yo respeto mucho a la gente que cobran lo que hacen, solo hago lo que a mà me enseñaron.
La verdad me siento bien llevándolo de esa manera, no lo hago porque no necesite el dinero, creo que todos lo necesitamos, solo que mi labor como te lo he dicho antes es ayudar, yo ayudo a la gente y la gente me ayuda a mÃ, creo es la manera correcta de funcionar, al menos lo es para mÃ.
Te platico todo esto, para que quede aclarado ese tema desde un principio, si algo me enseñaron es a decir la verdad y ser claro con la gente, créeme no les digo lo que quieren escuchar, eso que yo lo veo bueno y honesto, hay personas que quizá no les guste y eso siempre provoca dos circunstancias, una⦠Que la persona lo agradezca y se sienta más en confianza, que estén tranquilos porque no les voy a mentir, claro que me puedo equivocar, soy humano y puedo cometer errores o lo puedo interpretar mal, eso puede pasar.
Pero nunca estaba pensando, que le digo a esta persona para cobrar cierta cantidad de dinero, no lo hago con ninguna mala intención.
Y la segunda es: Que a la persona no le guste, porque, aunque no lo creas hay gente que le gusta que le mientan, o que les sigan el juego. Porque al creer que pagan un servicio, ellos van a tener la razón, y créeme me pasa mucho, pero como te lo dije antes, trato lo más que pueda en ser muy honesto con las personas.
Ahora, también te digo, no siempre funciona, claro, puede pasar, siempre existe ese riesgo, puedes encontrar a alguien que vino conmigo y te diga; sabes, fui con él y no me ayudó o no noté algún cambio o mejorÃa, y es verdad, te voy a creer.
Porque sé que puede pasar, existen muchas circunstancias, ya sea por mÃ, que quizá no interpreté o no hice bien mi trabajo o puede ser por la persona que no hizo lo que le pedà que hiciera o simplemente no era su momento ni yo la persona indicada.
Todo esto puede pasar, pero que alguien te diga que fui con él y me engañó o dice que no cobra y si me cobró, eso te lo puedo asegurar no lo vas a encontrar.
Cuando me decÃa todo esto pensé: si, yo en algún momento, con uno de mis primeros psicólogos yo fui el que no cooperé, no me abrà al tema, precisamente por esa razón que él menciona. Sentà que no era el momento, ni él la persona indicada, si sucede, es verdad.
Como dicen los tiempos de Dios son perfectos, pero sentÃa que aquà con ayuda espiritual era mi momento, sabÃa por alguna razón que aquà iba a encontrar lo que me faltaba, lo que estaba buscando, sentà en mi corazón, que mi padre me habÃa guiado a este lugar y con esta persona.
Estuvimos hablando por mucho tiempo, bueno, realmente él era quien hablaba más y le agradecerÃa que me diera toda esta explicación, de que me dijera quien era y como era su manera de trabajar, de ayudar, y me di cuenta de que ya habÃa pasado poco más de una hora. PenséÌ; en cualquier momento me va a decir que ya se acabó Ì el tiempo, era la referencia que tenÃa en cuanto a la duración de una consulta.
Le pregunté sobre eso y me dijo: La verdad no tengo un tiempo estimado con las personas, siempre he creÃdo que cada uno va necesitando su propio tiempo, dependiendo mucho de sus necesidades, normalmente el promedio es una hora, pero la realidad, es que el tiempo es diferente para cada una de las personas que vienen conmigo.
Y me dijo: no te preocupes, sé que ha sido mucha información en poco tiempo, y también espero que lo puedas ir asimilando.
Y estoy seguro de que no va a ser la única vez que nos vamos a ver, pero ahora dime, ¿Cuál es el motivo de tu visita?, ¿En qué crees tú, que pueda ayudarte?
En ese momento me quedé frÃo, no sabÃa por dónde empezar. Y le contesté; hay muchas cosas que me interesan de todo lo que me has platicado, créeme son muchas cosas, que siento que necesito la ayuda, tengo dudas sobre algunos temas y quizá, aunque no parezca o no me creas, te he entendido en muchas cosas, incluso me he identificado en otras tantas.
Pero el motivo principal por el cual estoy aquÃ, incluso ya he buscado ayuda psicológica antes, ahora estoy con mi psicóloga Andrea, y la conexión contigo que fue Paola, participó en uno de sus grupos de apoyo⦠Es porque hace no mucho tiempo, perdà a mi padreâ¦
En ese momento sin saber cómo, ni porqué, empecé a llorar, entró un sentimiento muy fuerte en mÃ, algo que no tenÃa explicación, pero sentÃa
mucho la necesidad de llorar, fue algo que ya hacÃa tiempo no me pasaba, cuando iba a las terapias psicológicas no era algo que sucediera, o al menos no como en este momento, cuando fui al grupo de apoyo pensaba, que era algo que según yo iba superando.
Pero me di cuenta de que no, que aún no supero, que aún me dolÃa mucho en mi alma la muerte de mi padre.
Ãl solo me miraba, no decÃa nada, yo solo lloraba e intentaba hablar, no me salÃan palabras y lo que decÃa era a medias, pero sabÃa que sin decir mucho él me estaba entendiendo. Incluso sentà que se identificaba conmigo en ese momento.
Me pude calmar y le dije: Esta es la razón por la cual estoy aquÃ, quiero sanar mi alma.
Ãl muy tranquilo me dijo: No te preocupes, te entiendo, vamos a trabajar juntos y voy a ayudarte a sanar, a recuperar tu esencia. Todo eso que con el tiempo has ido perdiendo, todo aquello que con las circunstancias de tu vida ha ido cambiando, lo vamos a recuperar, confÃa en mÃ. Te vas a sentir mejor.
En ese momento, en donde sin hacer ni decir mucho, sentà que abrÃa mi alma totalmente y tenÃa esa seguridad de que él podÃa ayudarme.
Me despedà de él, le agradecà mucho por todo su tiempo, su plática y que querÃa volver, que mi regreso era para comenzar a sanar mi alma.
Me dijo: claro, volvemos a agendar una cita, espero tu llamada y con todo gusto poder platicar de nuevo contigo. Y no hay nada que agradecer, al contrario, gracias a ti por venir, darte el tiempo, y sobre todo darme la oportunidad de que conozcas lo que hago. Espero poder ayudarte, muchas gracias y que Dios te bendiga.
Todo el camino de regreso a mi casa fue solo de pensar y recordar lo que me habÃa platicado, toda esa información, pensar que en la siguiente visita necesitaba hacer una lista de todas las cosas que le quiero preguntar, poder hablar de muchos temas, fue algo nuevo y muy interesante para mÃ. Eran muchas las ganas de platicar con mi psicóloga Andrea y con mi terapeuta Paola, decirles cómo me habÃa sentido, en esta terapia que habÃa tenido con ayuda espiritual.
XIX. LA TERAPIA PSICÃLOGICA ES NECESARIA SIEMPRE, HA HECHO MUCHO POR MÃ
T de ese tema, cuando me preguntó, ¿Cómo estás?, ¿Cómo te ha ido?, enÃa cita con mi psicóloga Andrea y desde que llegué, ya querÃa hablar ¿Que has hecho? No pude esperar y le empecÃ©Ì a platicar sobre lo que sucedió Ì ese dÃa, como me habÃa sentido, me decÃa, me da mucho gusto de verdad, te veo diferente y es por todo esto que me estás platicando, siempre la ayuda es buena de quien venga y si ahà es un complemento de todo lo que has trabajado en tu vida, creo es necesario.
Le dije a Andrea, contigo he encontrado una ayuda enorme, como no tienes una idea, todo el tema emocional, mi pasado, mi infancia, mis traumas, mis miedos, mi inseguridad, todo eso tú lo has cambiado, soy una persona diferente gracias a ti.
Y como te lo dije una vez, no voy a soltarte, porque creo que gente como tú, que ayuda de esta manera, no te puedes alejar, sé que quizá algún dÃa me vas a decir que estoy dado de alta o que estoy recuperado de alguna forma, no sé cómo funciona, nunca habÃa llegado tan lejos con un psicólogo, nos dio mucha risa a los dosâ¦
Pero que sepas, que quiero seguir viniendo a terapia, en los tiempos que tú me indiques, o de la manera que tú consideres necesario. Siento que la terapia, es algo que todos necesitamos, eso ya lo he entendido.
La terapia es algo que nos hace falta, no sé por qué, pero la gente no busca ese tipo de ayuda, esa orientación y guÃa, son muy
indispensables en la vida de todas las personas.
Voy a estar eternamente agradecido contigo, por todo lo que has hecho por mÃ. No es una despedida, ni mucho menos, simplemente estoy externando mis sentimientos hacia contigo como tú me enseñaste, a decir lo que siento y pienso.
Conforme pasaban los dÃas, me sentÃa mejor conmigo mismo, más fuerte, más seguro, con mucha más confianza y la verdad me gustaba lo que estaba pasando en mi vida.
SabÃa que iba por el camino correcto, incluso algunas personas cercanas a mà lo notaban y me lo decÃan, pero haber llegado hasta este momento no ha sido nada fácil, pero continuó en esa lucha interna de seguir adelante.
XX. SU ENERGÃA Y CONEXIÃN ES ÃNICA, PAOLA AYUDÃ MUCHO EN MI PROCESO
T grupo de apoyo para personas que habÃan sufrido una pérdida, también enÃa cita en mi grupo de apoyo con mi terapeuta Paola. Aparte del empecÃ©Ì a entrar en otros grupos que tenÃa, querÃa empezar a practicar yoga, tenÃa la curiosidad de tomar clases de algún instrumento, siempre me habÃa gustado aprender a tocar la guitarra, y quise empezar eso nuevo también, darle un giro a mi vida en ese sentido.
En el grupo de apoyo que Paola daba, al final de la clase pude platicar un poco con ella, para empezar, le di las gracias por haberme conectado con ayuda espiritual.
Que ya habÃa ido a mi primer terapia y me habÃa sentido muy bien, y le dije: te mandó saludos ayuda espiritual, que no ha sabido de ti, pero que le daba mucho gusto que estuvieras haciendo tu labor de ayudar a las personas,Paola se sonrió Ì y me agradeció Ì el gesto, asà como el mensaje.
Le decÃa a Paola, que estaba muy agradecido con todo lo que habÃa hecho por mÃ, que he aprendido mucho de ella, su manera de ver la vida y de enfrentarla, a no dejarme, a defender mi punto de vista, que habÃa encontrado mucha paz y tranquilidad en el grupo de apoyo y sanación, al entender que no era el único que vivÃa y pasaba por una situación similar, que lamentablemente hay gente que lo está viviendo en peores circunstancias que las mÃas, y hay que estar agradecido también.
Quiero seguir aquÃ, hacer otras cosas también, sobre todo las clases de yoga, ahora quiero aprender a meditar, a estar más enfocado y concentrado,
sé que eso me va a ayudar mucho.
Me gustarÃa aprender a tocar guitarra, y quiero expresar mis sentimientos también de esa manera, Paola me decÃa: Claro, me da gusto, hay muchas cosas en el instituto que puedes encontrar, te van a ayudar, en las clases que yo imparto y si formas parte de esos grupos, me va a dar mucho gusto verte, poder seguir ayudándote. Me dio un fuerte abrazo, que me llenó de mucha energÃa, si algo tenÃa Paola, es que podÃa transmitir mucha de su paz y luz con solo estar cerca de ella.
XXI. MOMENTO DE SOLTAR MIS CARGAS Y COMENZAR A SANAR MI ALMA
L pude contactar con él a través de un mensaje, platicamos un poco, legó el momento de agendar esa segunda cita con ayuda espiritual, me agendamos el dÃa y horario para vernos.
Igual que la primera vez, en el trayecto sentÃa nervios, quizá no de la misma manera, pero sabÃa que en esta terapia era yo quien iba a hablar, que iba a expresar mis sentimientos, tomando en cuenta que la última vez, casi al final de la terapia empecé a llorar y ya no pude decir más.
Llegué a su consultorio, asà como la primera vez, salió a recibirme y muy amable me saludó y me acompañó a su lugar, nos sentamos y me pregunta; ¿Cómo estás?
Le contesté: bien , pero esta vez la respuesta era un ¡BIEN! de verdad, que sentÃa que iba mejorando, pero también con muchas dudas e inquietudes, pero bien de estar aquÃ.
Me dijo.Haber Juan, platÃcame, lo último que hablamos, fue sobre la pérdida de tu padre, que esa fue la razón principal de tu acercamiento conmigo.
Y fue cuando empecé a abrirme como un libro, le platiqué como fue su muerte, cómo me sentÃa, el dolor tan grande que en ese momento de mi vida tenÃa, como me habÃa perdido y como me descuidé a mà mismo en todos los sentidos.
La manera que me alejé de todo y de todos, estar negado en ese momento a buscar ayuda, que sentÃa que nadie me podÃa ayudar y mucho menos entender.
Pero al final del túnel empecé a ver luz, después de navegar en un mar de soledad. De ayudas fallidas, principalmente por mà y mi negación, pero empezaba a caminar en la dirección correcta.
Después de ayudas psicológicas no muy buenas, le platiqué que encontré a mi psicóloga Andrea, que fue la que en ese momento me sacó del pozo donde me encontraba, le platiqué todo lo que habÃa hecho con Andrea, la manera que me ayudó, me guió y que hoy en dÃa sigo en terapia con ella. De una forma diferente, pero sigo cerca de ella, le pregunté. ¿Si habÃa un problema en que esté buscando otro tipo de ayuda, cuando ya estoy en terapia psicológica?
Me respondió que no, que al contrario, que era muy bueno que tuviera la ayuda psicológica y que si en Andrea habÃa encontrado la guÃa indicada, que no me alejara, me dijo, la ayuda de donde venga y de quien venga siempre es bueno, y es curioso, porque Andrea me dijo lo mismo, cuando le platiqué de ayuda espiritual.
Antes de Andrea, me acerqué a mi familia y amistades, a mi entorno, buscando esa ayuda, pero no encontré lo que necesitaba en ese momento, que ahora entiendo que no estaba mal, solo que no era mi tiempo y no me sentÃa preparado para recibir la ayuda.
Que me acerqué a mi fe, le platiqué, cómo mi relación con Dios se habÃa alejado, y no por Dios, si no por mà y mi dolor, que habÃa vuelto a retomar la parte religiosa, acercarme a la iglesia, escuchar la palabra y todo lo que implica estar cerca de la religión, en su momento sentà que recuperé mi fe, y se volvió más fuerte. Pero hubo cosas que me confundieron, o no entendÃ, sobre temas religiosos y todo el tema de muerte, que aún no logro comprender.
Ãl solo me miraba y atentamente me escuchaba, como tratando de imaginar o ver todo lo que le iba platicando, pero no decÃa nada, era yo quien ahora tenÃa la palabra. Le platiqué sobre las dos ayudas psicológicas fallidas, y que en ese momento me di por vencido, hasta que encontré a Andrea, pero pasó tiempo en que quisiera volver a buscar la ayuda.
Hasta ese momento lo único que tenÃa era mucho dolor y confusión, pero sabÃa que habÃa recuperado mi fe, y de alguna manera sin saber cómo, sentÃa que eso era lo más importante, porque estaba totalmente seguro de que Dios me iba a guiar, con las personas indicadas y asà fue.
Le platiqué de Andrea, de cómo se fueron dando las terapias, me fue ayudando a entender, sacamos cosas de mi niñez, sentimientos guardados incluso con mi padre y ella fue encontrando la manera de sanarme y asà pudiera avanzar en mi vida.
Quise también conectar con un lado espiritual, estaba en proceso de sanar lo emocional, querÃa complementarlo y fue cuando encontré a Paola y su centro de ayuda, formé parte de un grupo de apoyo que Paola impartÃa, era sobre personas que habÃan perdido a un ser querido.
Y fue donde encajé, me identificaba con todas esas personas, y creo que en ese grupo, di un salto muy grande en mi proceso, escuchaba historias de la gente y cómo lo iban superando, como avanzaban y lo difÃcil que es. Estuve algún tiempo en ese grupo, le decÃa que querÃa hacer más cosas en el instituto de Paola, que quiero practicar yoga, aprender a meditar, a enfocar, sé que eso me va a ayudar.
Quiero aprender a tocar un instrumento musical, que es otra manera de expresar y soltar emociones, me gusta escribir, componer, y siento que es el camino, que estoy en ese proceso de seguir sanando y recuperándome de todo lo que he pasado en mi vida.
Ãl seguÃa escuchándome y mirándome, asentaba con su cabeza en muchas cosas que le decÃa, sonreÃa en algunas ocasiones, en otras se le veÃa su rostro serio como analizando, algo curioso es que no lo veÃa tomar apuntes, bueno, era algo que veÃa con los demás psicólogos y él no lo hacÃa, pero cuando me preguntaba cosas conforme la plática, me daba cuenta de que se acordaba de lo que le iba diciendo, tal vez no sea nada, pero me pareció curioso.
Me preguntó sobre mi familia, mi trabajo, mis actividades, sobre mis gustos. Si tenÃa pareja, le decÃa: Ese tema es muy largo de explicar y me reÃ... Le dije no, no tengo y no me ha ido muy bien que digamos, pero creo entender que con todas las cargas que traÃa en esos momentos de mi vida, pensaba era lo mejor.
Si vivÃa solo, o con quien vivÃa, qué hacÃa en mis tiempos libres etc. Fue una forma de conocerme a fondo, de analizarme o al menos asà lo sentÃ, pero me daba mucha confianza.
Creo que nunca habÃa platicado tantos temas personales con alguien más, fue muy liberador y la verdad me sentà bien.
Ahora en esta segunda terapia, fui yo quién habló más, mucho más, pero era la idea o intención de él, que yo me sintiera en confianza y asà fue, que soltara mis cargas y emociones, que liberará peso, me decÃa, soltar todas las energÃas negativas.
Terminamos esta segunda terapia, me sentÃa muy liberado, muy ligero, como si una carga pesada o algo fuerte se hubiera quitado de mis hombros. Es difÃcil de explicar, pero el platicar tanto, soltar tantos sentimientos y pensamientos, ayudó mucho a liberar mi mente y mi alma, sentÃa una paz diferente, una tranquilidad y la verdad, me gustó mucho el sentirme asÃ.
Le pregunté. - ¿Si podÃa venir a otra terapia? Me dijo que sÃ, que cuando yo quisiera y sintiera que lo necesitara, que realmente la cantidad de terapias o visitas, dependen de cada persona y de cómo se sientan, que era mi decisión, en ese sentido era diferente a las terapias psicológicas. Donde más bien es el psicólogo quien te va guiando en las sesiones y su frecuencia, pero en este caso era mi decisión.
Le dije que sÃ, que me iba a volver a contactar para agendar una nueva cita, que tenÃa muchas dudas, muchas preguntas, inquietudes sobre ciertos temas, pero principalmente sobre la muerte.
Y que me gustarÃa escuchar su opinión, qué pensaba sobre ese tema, me dijo: claro, con mucho gusto, e incluso me decÃa: Te aconsejo que hagas una lista de lo que quieras preguntar y asà no se te olvide nada. Solo sonreà y afirmé. - Con la cabeza. Me despedà de ayuda espiritual y le agradecà su tiempo.
Al terminar esa terapia y el camino de regreso a mi casa, no dejaba de pensar en todo lo que querÃa preguntarle, habÃa tantas dudas, que con el paso del tiempo se fueron acumulando. Ideas mÃas, pensamientos, creencias personales, e incluso de gente que iba conociendo, cosas que me aconsejaban hacer, no sé, habÃa tanta información en mi cabeza que necesitaba ordenar y en el transcurso de los dÃas, fue lo que hice, acomodar pensamientos e ideas.
Pasaron algunos dÃas, donde mi vida era diferente, iba cambiando. Al menos yo me sentÃa mejor conmigo mismo, sentÃa que en ese momento que estaba viviendo tenÃa la ayuda que tanto necesitaba, que habÃa
encontrado a las personas indicadas y sabÃa que en todo esto, Dios estaba obrando.
Le mandé mensaje de nuevo para agendar otra cita con ayuda espiritual, pero para mi sorpresa no estaba en la ciudad, habÃa salido de viaje, de esos viajes que ya me habÃa comentado que hacÃa para ayudar a la gente, que esa labor que tenÃa lo llevaba a viajar y llevar su trabajo a más personas.
Me comentó, que volvÃa en algunos dÃas, pero que con gusto regresando de su viaje nos ponemos en contacto para agendar la cita.
Y bueno, era cuestión de esperar su regreso, mientras tanto, quise aprovechar ese tiempo para hacer algo nuevo.
XXII. INTENTÃ ALGO NUEVO Y ENCONTRÃ MÃS DE LO QUE ESTABA BUSCANDO
E algo que me llamaba la atención, n su momento, en el instituto de Paola, querÃa ir a clases de yoga, era
me decidà a ir a una clase y probar, sabÃa que de alguna manera me iba a ayudar.
Fui al instituto y me inscribà a las clases de yoga, la verdad no sabÃa que esperar, nunca habÃa ido antes, no conocÃa mucho de ese concepto.
Empezó la clase, Paola se presentó con el grupo, éramos como 10 personas que estábamos ahÃ, mujeres, hombres, personas mayores, jóvenes etc...
HabÃa una música de fondo, como instrumental, música muy tranquila, me daba un aroma como a veladoras con algún olor, o como inciensos, no sé, pero eran olores agradables, se sentÃa mucha paz.
Cada uno tenÃa una especie de tapete, donde se utiliza para hacer los ejercicios de yoga, todo era nuevo para mÃ, pero estaba con la emoción de aprender, recuerdo que antes de la clase le dije a Paola.
No sé qué hacer, nunca he ido a clases de yoga, si te soy sincero estoy algo nervioso, me decÃa Paola, no te preocupes, mira, la idea es estar tranquilo , déjate llevar por la música, voy a ir dando indicaciones al grupo, pero estoy al pendiente de cada uno de ustedes, pero también me gusta que entre los mismos se apoyan, sé que va a haber alguien que te ayude en las dudas que tengas.
Parte de este grupo de ayuda además del yoga como tal, es fomentar amistad entre ustedes, que se apoyen, hay gente que ya es avanzada en
estos temas, que conocen de yoga y hay gente nueva como tú, asà que tranquilo, déjate llevar, ayudar y todo va a salir bien.
Empezó la clase y Paola nos daba indicaciones sobre hacer algunos ejercicios y posturas de yoga, ella las hacÃa y nosotros tenÃamos que repetir esa postura, hacer ejercicios de respiración, Paola nos ayudaba y corregÃa, estaba al pendiente que lo hiciéramos bien. En esa clase, habÃa una mujer más o menos de mi edad, y la verdad llamó mucho mi atención, por lo que podÃa observar ya tenÃa conocimiento de yoga o lo habÃa practicado antes, y me empecé Ì a apoyar con ella, le preguntaba cómo hacer ciertos ejercicios y se portó Ì muy amable conmigo.
Acabó la clase y me quedé platicando un poco más con ella, me pareció Ì muy interesante y muy guapa, tenÃa mucho tiempo que no me llamaba la atención alguna mujer, que sintiera ese nerviosismo de conocer a alguien, me sentà extraño pero a la vez motivado, aún no sabÃa nada de ella, no sabÃa de su vida, si estaba sola o no, quizá solo fue amable conmigo y nada más.
No querÃa hacerme ilusiones ni mucho menos, solo llamó mi atención, pero provocó en ese momento que algo en mi despertara, ese sentimiento que sabÃa estaba escondido o dormido, yo dirÃa un sentimiento muerto pero de alguna forma volvió.
En mi siguiente clase de yoga, estaban todos los mismos de la clase anterior, y eso es bueno, porque asà vas tomando más confianza entre todos, no sé, te sientes más seguro, pero para mi sorpresa no estaba ella, no habÃa ido a la clase y en mi mente fue de pensar, que quizá ya no iba a ir, o no la iba a volver a ver, me sentà extraño, esa sensación de querer ver mucho a alguien y luego no está.
No le quise preguntar a Paola sobre ella, de hecho, no le pregunté a nadie en clase, solo hice mis ejercicios, pero pensaba, que habÃa pasado, porque no habÃa ido a clase. Terminó el tiempo, me despedà de todos y me fui, esperando poder verla en la próxima clase. Ahora, solo estaba a la espera de poder agendar la cita con ayuda espiritual, ya tenÃa muchas de mis preguntas, esperaba ansioso poder verlo y platicar.
XXIII. A PARTIR DE ESTE MOMENTO CAMBIARÃA MI MANERA DE VER LA VIDA
P diciéndome, que estaba de regreso, que cuando yo quisiera y tuviera la asaron algunos dÃas cuando ayuda espiritual me mandó un mensaje oportunidad
de ir le dijera y asà poder agendar una nueva cita.
Estaba emocionado en poder ir a verlo, ya tenÃa la mayor parte de preguntas en mi lista y asà tener la oportunidad de poder platicar con él, sobre todo poder conocer su opinión.
Llegó el dÃa de la cita, igual que las otras veces me recibió muy amablemente y pasé a su lugar de trabajo.
Le pregunté cómo le habÃa ido en su viaje, y me estuvo platicando un poco sobre la ayuda que da a las personas estando fuera, y lo difÃcil que es estar lejos de su casa, y alejado de su familia, que a pesar de que son ya muchos años de salir y viajar, no deja de ser muy difÃcil.
Pensé, ha de ser muy complicado estar solo y lejos de su familia, que la labor que hace y la ayuda que nos da, tanto a mÃ, como a tanta gente, es algo de admirarse, le agradezco mucho el tiempo y ayuda que me brindaba.
Me preguntó.¿Cómo estás? Le platiqué que cada vez mejor, que iba avanzando y sintiéndome muy bien en todo este proceso.
Me dijo.¿Traes tu lista de preguntas? Sonriendo le dije que si, le decÃa son dudas que tengo y sobre todo cosas que a veces escuchas de otras personas y no sabes qué tan ciertas son, no sé, quizá inquietudes nada más.
XXIV. PLÃTICA CON AYUDA ESPIRITUAL
E y la manera como se fue dando esta plática: sta es la conversación de la terapia con ayuda espiritual, mis preguntas
Juan.- ¿Llorar una muerte es bueno, me refiero a que si lloras o sufres la muerte de un ser querido está bien, me dijeron una vez, que si les lloras no los dejas descansar?
Ayuda Espiritual.- Mira, desde el momento que la persona fallece, ya descansa, su alma vuelve a su origen. El que tú llores o no, no hace una diferencia, porque muchas veces y por diversas circunstancias hay personas que no lloran, el llanto no es un sinónimo de querer o no a alguien, no porque llores más, significa que lo querÃas más o al contrario.
El llanto es natural, quien lo hace es una forma de mostrar un sentimiento, pero también la gente que no llora va a mostrar ese sentimiento de otra manera; pero lo que sà es seguro, es que no significa más o menos el llanto y la persona que falleció no depende de eso para su descanso, como te comento, ellos desde el momento en que mueren, descansan.
Te podrÃa decir que llorar es bueno, es una manera de liberar, pero como te comentaba hay muchas maneras de soltar ese sentimiento, pero hay personas que sienten esa necesidad de llorar y no lo hacen, se detienen precisamente por lo que me preguntas, piensan que van a afectar a su ser querido y su descanso; créeme, los más afectados son ellos mismos, al no liberar ese sentimiento.
Juan.- ¿Cuándo una persona muere, está bien, se encuentra tranquila?, ¿Es necesario hacer misas y rosarios para su descanso, para ayudarles en su avance o su proceso? Te pregunto, porque soy católico y creo en eso,
pero entiendo que puede haber otras creencias religiosas, depende de la idea y la fe de cada persona.
Ayuda Espiritual.Como te decÃa, al momento de fallecer, independientemente de cualquier cosa su alma descansa, pero eso que me preguntas depende mucho de una situación de creencia o religión, la cual yo respeto mucho.
Cualquier evento religioso que hagas para alguien que ya falleció Ì es bueno, pero realmente le ayuda a las personas que se quedan, a los vivos, por decirlo asÃ, a lo que me refiero es: El proceso, o avance de una persona que falleció, depende solamente de él y de lo que en vida hizo, su plática con Dios, o como muchos le llaman el juicio de Dios, depende únicamente de él mismo.
Es algo muy bonito, hacer algún evento religioso, y de alguna manera va a ayudar a la unión familiar, el estar juntos en un momento tan triste e importante, muchas veces son las últimas voluntades de la persona que falleció, otras veces es solo la creencia religiosa de las personas que están vivas, o de su familia.
Y como te dije, es algo muy lindo poder ver todo eso, pero su proceso y avance no depende de lo que hagas o no, depende totalmente de lo que él hizo, en su etapa de vida.
Muchas veces, la persona que falleció tenÃa una creencia o fe en particular y la familia es de otra creencia o religión diferente, ¿Qué sucede ahÃ? Que a fin de cuentas las personas que están vivas o la familia, van a hacer lo que consideran correcto, algunas ocasiones se respetan ciertas voluntades, como tener alguna misa o que se hicieran ciertas cosas religiosas, pero algunas veces no se hacen y no por algo malo, simplemente porque creen que no le van a ayudar en su proceso.
Te doy un ejemplo: Una persona que falleció y era ateo, o simplemente no creÃa en Dios, pero su familia si, esa persona no va a pedir ningún tipo de evento religioso, porque no creÃa en eso, pero su familia igual lo hizo, porque ellos sà creen en Dios, hacen la misa, o rosarios, pero si te das cuenta, es para ellos mismos, para tener una tranquilidad en su pérdida, lo cual está bien, y creo, es necesario, cada persona lleva su propio duelo a su manera, solo que eso no va de la mano con el proceso de la persona que
falleció. Su avance es por el mismo y no por lo que su familia haga después de su muerte.
Juan.- ¿Cuándo una persona que sufre mucho para morir, o tarda mucho en su proceso de muerte, se dice que Dios lo está castigando por alguna razón, o no encontramos una explicación del por qué sufre tanto, antes de fallecer?
Ayuda Espiritual.En mi manera de creer, o en mi fe, Dios no te castiga , los procesos de muerte son independientes e individuales para cada quien, muchas veces es lo que nosotros desde afuera, y sin estar en la situación de la persona que se está muriendo, es lo que creemos o pensamos que está pasando.
Siempre le he dicho a la gente, el proceso de muerte es para el que se está muriendo y no para el que sigue con vida. Cuando a nosotros nos llegue nuestro momento o tiempo, llevaremos nuestro propio proceso, y ahà es cuando entenderemos muchas cosas.
Pero el proceso es de quien está sufriendo, y no sabemos qué sucede desde adentro, no sabemos que pasa por la mente de esa persona, que es lo que está pidiendo o hablando con Dios. Uno desde afuera ve un sufrimiento y es real, está pasando, a veces, la misma familia pide que ya descanse, porque los ven sufrir.
Pero muchas veces no se preguntan, qué pasa con la persona que está en ese proceso de muerte, es muy difÃcil, pero tenemos que respetar los tiempos, algunas veces están esperando que algo pase o algo se resuelva, el poder ver a alguien por última vez, esperar la visita de algún amigo, el nacimiento de alguien de la familia, existen muchos motivos por el cual ellos esperan y en ese esperar hay un sufrimiento, pero que para ellos vale la pena, uno desde afuera ve una situación, pero desde adentro pasa otra totalmente diferente.
Otras veces necesitan encontrar la paz necesaria para avanzar, digamos hacer las paces con ellos mismos o con Dios, eso lleva tiempo, hay personas que les cuesta trabajo aceptar o entender que ya están en esa última etapa de su vida terrenal, tienen miedo de lo que sigue, o de lo que va a pasar, todo este tipo de situaciones o circunstancias que viven las personas en sus procesos de muerte, normalmente es lo que nosotros desde afuera no logramos entender y es muy difÃcil, porque vemos sufrir a nuestro ser querido.
Juan.- Siempre me pregunté, ¿Por qué murió mi papá? en el sentido que era buena persona, no le hacÃa daño a nadie, ¿Por qué murió Ì y por qué hay gente mala que sigue viva, gente que mata, que viola, que hace daño y siguen vivos? ¿Por qué mi padre muere y ellos no?
Y no porque le desee la muerte a nadie, ni quisiera que eso pase, pero es difÃcil entender que gente buena muere y gente mala no.
Ayuda Espiritual.- Si, esa pregunta es algo muy común y a veces muy difÃcil de entender, no porque sea difÃcil de explicar, simplemente, porque va de la mano con el proceso que cada quien esté llevando en su pérdida.
Gente mala muere también, pero no por ser malos, sino porque ya es su momento o tiempo de morir, igual como gente buena como tu papá, que le llegó su tiempo.
Mira, te lo voy a explicar de esta manera, vamos a poner el ejemplo de tu papá y por el otro lado a una persona que es un asesino, que ha hecho mucho daño, ¿Está bien?
Ambos nacieron el mismo dÃa, pero cada uno tiene una fecha diferente de muerte, cada quien tenemos un tiempo terrenal y eso solo lo sabe Dios, podemos saber cuándo vamos a nacer, pero no sabemos cuándo vamos a morir, (haciendo de lado el tema suicidio, que podemos hablarlo después).
Entonces, esas dos personas nacen, Dios les da la oportunidad de llegar a este mundo y poder vivir un proceso terrenal, cada quien decide que va a hacer con su vida y cada uno va a tomar sus propias decisiones, ya sean buenas o malas.
Vamos a suponer, que Dios decide desde su nacimiento, cuanto va a durar en vida cada persona, tu papá va a vivir por sesenta años y la otra persona va a vivir ochenta años.
Empieza su vida y cada quien la va llevando de acuerdo a su entorno, circunstancias y familia que los rodea.
Tu papá va haciendo su camino de buena manera, haciendo algo bueno para su vida y su gente, va tomando buenas decisiones y la otra persona no, su vida se torna de manera más complicada y se va haciendo más difÃcil, va por un mal camino, ahora no estoy tratando de justificar lo malo de esa persona, solo es para poder entender que tomó la decisión de ir por mal camino.
Todo eso, son decisiones personales y no decisiones de Dios, tu papá se fue por el buen camino y la otra persona no.
Pero su tiempo ya estaba destinado, su fallecimiento ya estaba asà marcado, independientemente de las decisiones que cada uno tomara, tu papá pudo haber tomado el mal camino, e igual iba a fallecer a sus sesenta años, eso no cambiaba o alteraba su tiempo en la tierra, iba a cambiar su manera de vivir, más no su tiempo de morir.
Entonces, si te das cuenta, el tiempo de cada quien está ya destinado, desde el momento que naces, Dios sabe qué dÃa vas a morir, y él, espera que tomes buenas decisiones y vayas por buen camino, que seas alguien de bien, no para que vivas más que los demás, si no para que dejes un buen legado, un buen ejemplo, un camino digno, que aquellas personas que te vieron en vida, se queden con un buen recuerdo y enseñanza de ti.
Estoy seguro que tu papá dejó buenos recuerdos y mucha gente lo querÃa, gente que ahora lo extraña por lo que fue y lo que hizo, eso es lo que Dios busca en cada persona, su tiempo ya estaba destinado, pero sus acciones, sus obras, fueron decisión de tu papá y eso es algo que ayudó e incluso, inspiró a muchas otras personas.
En cambio, la otra persona que tomó el mal camino y ha hecho mucho daño, el pensar que aún sigue con vida, no quiere decir que era mejor que tu papá, simplemente, su tiempo era diferente y que lamentablemente el legado o ejemplo que está dejando, no es nada bueno.
El tiempo de vida que tenemos en este mundo terrenal, no va de la mano o depende de cómo somos como personas o de las decisiones que tomamos.
Por eso, muchas veces pensamos asÃ, que hay gente buena que muere y gente mala que no, pero la realidad, es que todos, en algún momento vamos a morir, independientemente seas bueno o malo, nuestro tiempo va a terminar.
Lo importante, es lo que dejas en vida, lo que haces, porque eso es lo que marca tu camino y tu proceso después de la muerte, ahà está la clave.
Juan.- ¿Entonces una persona buena que murió y una persona mala que murió Ì van a donde mismo?, ¿Dios los recibe igual. ¿Cuál es la diferencia entre ellos después de la muerte?
Ayuda Espiritual.- Ambas personas que murieron, van ante la presencia de Dios, ambos son hijos de Dios y los va a juzgar de acuerdo a lo que en vida fueron o hicieron.
Cual es la diferencia de tu papá, que fue alguien bueno, y que gracias a eso tiene digamos otros privilegios o ventajas, oportunidades, que la otra persona mala que murió no las va a tener o al menos no dentro de mucho tiempo.
La persona mala, tiene el mismo derecho de estar ante la presencia de Dios y tener un perdón, de entrar al cielo, por llamarlo de alguna manera, igual que tu papá o de gente buena, pero no van a donde mismo, la persona mala tiene que pagar, si le quieres llamar asÃ, todo el daño que hizo en vida y va a llevar un proceso muy diferente y mucho más doloroso, para poder sanarse primero a ellos mismos y después a las personas a quienes afectaron estando en vida.
La gente buena tiene otro proceso diferente, mucho más tranquilo y en paz, con la oportunidad de hacer otras cosas, de apoyar a su familia, de interceder por ellos, digamos, su proceso de muerte es encontrar ese descanso.
Si te fijas, ambas personas están ante la presencia de Dios, pero en caminos muy diferentes, siempre se ha dicho, has cosas buenas en la tierra, que son escalones hacia el cielo y es verdad, todo lo que hacemos aquÃ, tiene un impacto muy fuerte allá.
Para cerrar un poco sobre tu pregunta y sobre el tiempo de vida, muchas veces entendemos la muerte cuando pasa y nos lamentamos del tiempo que no aprovechamos con nuestros seres queridos, buscamos un culpable y en este caso es Dios, es verdad, no sabemos cuánto tiempo va a estar con nosotros una persona, e incluso nosotros mismos, creo que si supiéramos cuanto tiempo nos queda, aprovecharemos la vida de una forma diferente, pero no lo hacemos.
No sabemos cuánto tiempo nos queda, lo que sà es seguro es, que algún dÃa en algún momento va a pasar, lo único seguro que tenemos es la muerte.
Asà que la vida es un regalo, es una oportunidad de aprovecharla, de disfrutar a esas personas que tenemos, el tiempo que estén con nosotros, no esperar a decir mañana lo hago, mañana le escribo, mañana le digo que lo quiero, mañana lo visito, porque quizá ese mañana, no va llegar, hazlo
ahora, en este momento dile a la gente que los quieres, lo que sientes, porque no sabemos cuánto tiempo van a estar aquÃ.
La pérdida de un ser querido, es muy difÃcil, es verdad, pero creo que duele más el hecho de no aprovechar el tiempo que estuvimos con ellos, que no disfrutamos esos momentos, y es ahà donde luchamos con la pérdida, con la ausencia de esa persona.
La mayorÃa de las veces, lamentamos más la muerte de alguien y perdemos más tiempo preguntando o esperando una respuesta, que el tiempo que aprovechamos a esa persona estando en vida.
La muerte no es un castigo de Dios para nosotros, si asà fuera, todos vamos a ser castigados en algún momento, y no es asÃ. La muerte es un proceso que todos vamos a vivir, que todos vamos a sufrir de alguna manera, es una nueva etapa, es continuar de una forma diferente, es simplemente entender, que llegamos al fin de un proceso de vida terrenal y continuar con un proceso de vida diferente, como muchos le llaman vida eterna.
Juan.- ¿Algún dÃa lo superas?, ¿En algún momento puedes dar vuelta a la página como mucha gente me decÃa, puedes seguir con tu vida?
Ayuda Espiritual.- No, la respuesta simple es no, pero te explico; tu vida cambia por completo, ya no va a ser la misma, porque esa persona que se fue, formaba parte de tu entorno y tienes que vivir sin ella, pero te adaptas, encuentras la manera de seguir adelante aún con la ausencia fÃsica de esa persona y ahora va a formar parte de tu vida, pero de una manera diferente.
Muchas veces, cometemos el error de luchar contra superar una pérdida, y creo que no se puede, te podrÃa decir que nunca jamás lo vas a superar y quizá suene muy duro, pero es la realidad, pero pienso, que la lucha emocional no está ahÃ, no es en superar, es en aceptar.
No hay manera de superar la pérdida de alguien que fue muy importante en tu vida, porque algo en ti muere también, a partir de ese momento una parte de tu alma queda incompleta, eso jamás se supera, y si te soy sincero no hace falta, porque asà como una parte de ti muere, otra parte de tu alma se fortalece, porque ahora está contigo en todo momento.
Aceptar el proceso es dónde está la lucha y es parte de lo que hemos estado platicando, las dudas y cuestionamientos que tenemos con
respecto a la muerte, es donde nos confundimos y no avanzamos, creo que ahà es donde necesitamos la ayuda.
Juan.- ¿Muchas personas me decÃan, que mi padre ya habÃa muerto, en el sentido que ya no estaba, que se habÃa ido, que dejara de hablar de él o recordarlo, que al hacer eso, solo afectaba su descanso, es verdad?
Ayuda Espiritual.- Ellos siguen formando parte de nuestra vida, solo que de una manera diferente, siguen estando presentes, nos visitan, muchas veces a través de sueños, están al pendiente, nos cuidan y como te comentaba, interceden por nosotros, es bonito para ellos saber que no murieron en nuestros pensamientos, que los recordamos, que siguen en nuestro corazón.
El proceso de muerte y la pérdida, no solo es para nosotros, es también para ellos, no es fácil dejar a sus familias y seres queridos, en el lugar donde están es diferente y el entendimiento también lo es, pero aún con todo esto, es difÃcil para ellos.
Y por eso, muchas veces se hacen presentes, como te decÃa, a través de sueños, otras veces, a través de un aroma o un olor muy peculiar que la persona tenÃa, en pensamientos y recuerdos, lo que ellos buscan, es que no los olvidemos.
Hay que entender que no nos abandonaron, que fallecieron, que es muy distinto.
Hay quienes, quitan fotos o cosas que les recuerdan a la persona que falleció Ì y se puede entender, quizá es parte de su proceso, o su manera de lidiar con la muerte, pero para ellos, es difÃcil ver que ya no forman parte de la vida de esas personas, o algunas veces pasa lo contrario, que nunca tenÃan fotos o recuerdos y se saturan de todo eso, y volvemos a lo mismo, parte de un proceso, pero para ellos es diferente.
Siguen formando parte de nuestra vida de una manera muy importante y cercana a nosotros, solo que diferente.
Juan.- En el grupo donde estuve, de personas que habÃan tenido la pérdida de un ser querido, alguien comentó, que le pidió Ì mucho a Dios que su mamá no muriera, pero que Dios no la escuchó y su mamá falleció Ì , estaba muy molesta con Dios, porque sintió Ì que no la escuchó, que le pedÃa que la sanara y no pasó, ¿Que sucede con esas personas y su enojo, es verdad, Dios no la escuchó?
Ayuda Espiritual.- Claro que Dios la escuchó, al grado que realmente sanó a su mamá, pero de una forma diferente, muchas veces nuestras súplicas, o pedimentos van condicionados a que sean como nosotros queremos o esperamos y no como deben de ser, o cómo están destinados a suceder.
Lo hablamos antes, de los tiempos de muerte de cada persona, y los procesos que cada uno lleva antes de fallecer, el no saber del todo, que es lo que pide la persona que se está muriendo.
En este caso su hija pedÃa que su mamá sanara y no muriera, creo que cualquier persona en su situación harÃamos lo mismo, me queda claro que no está mal, ni mucho menos que esté equivocada, todos lo harÃamos, qué es lo que pasa, que quizá la persona que se está muriendo está pidiendo ya descansar, que siente que su vida terminó, que quiere avanzar y volvemos a lo mismo, no porque lo pidas va a pasar, el tiempo de muerte solo Dios lo sabe y decide.
Créeme, Dios va a escuchar lo que le pide, pero a la persona que está en el proceso de muerte, porque es quien lo va a sufrir, no quiere decir que no escuche a su hija, tomando este ejemplo, solo que el proceso de muerte es para su mamá y no para ella, no es preferencia, es simplemente prioridad, cuando sea el momento y el proceso de muerte para la hija, Dios la escuchará a ella antes que a cualquier otra persona.
Ella pedÃa que su mamá sanará y como te decÃa eso pasó, cuando dejamos que Dios haga su voluntad y le entregamos un problema o una situación que estamos viviendo, tenemos que soltar y confiar que eso va a suceder, que estamos dejando que Dios haga lo que es mejor para nosotros, pero muchas veces nos cuesta entender, al morir su mamá sanó y donde se encuentra no tiene ningún sufrimiento.
Y qué sucede, que nos enojamos con Dios, porque no pasó como nosotros querÃamos, o pedÃamos, pero no nos damos cuenta que alejados de Dios, el proceso va a ser mucho más difÃcil , si creemos que su mamá, retomando el mismo ejemplo, al morir esta con Dios y nosotros nos enojamos o alejamos de Dios, por consecuencia se está alejando de su mamá y esa conexión que hay, esa manera que ella va a buscar estar cerca de su hija, la va a perder también.
Dios es el medio por el cual estamos cerca y conectados a nuestros seres queridos y al alejarnos de él, también nos alejamos de todo lo demás.
Muchas veces la pérdida de un ser querido nos aleja de nuestra fe y creencia, nos aleja de Dios y otras veces nos acerca más a él. Esto a veces pasa, por cómo nos sentimos con nosotros mismos al momento de la pérdida, si estamos en paz con la persona que se fue, quizá hay cosas sin resolver, o carga de conciencia.
Muchas veces el enojo que sentimos no es con Dios, si no, con nosotros mismos y lo canalizamos mal, es normal, como lo hemos platicado antes, es parte de un proceso que cada quien vive a su manera muy personal.
En el ejemplo que me das, es muy triste y sé que hay mucha gente que lo entiende asÃ, en un enojo o coraje con Dios, lo he visto con más personas que han venido conmigo y créeme se entiende, pierdes a una persona muy importante en tu vida, tu y yo lo hemos vivido, y sabemos que se siente, pero ayuda más en nuestro propio proceso estar en paz, y agradecer incluso el tiempo que Dios nos permitió estar con esa persona, que si fue poco o mucho, va más con lo que lo aprovechaste y lo disfrutaste y no tanto con el tiempo terrenal o la edad que tenÃa.
En esos casos, yo siempre les comento, que necesitan buscar una conexión con Dios, la espiritualidad, yo me apoyo más en eso, conectar con Dios, es muy diferente que creer en Dios, cuando logras tener una conexión, es saber que Dios forma parte de tu vida, que está en tu dÃa a dÃa, que siempre está contigo y quiere lo mejor para ti, que aún en momentos tristes o de sufrimiento, siempre va a estar contigo.
Hay un escrito que me gusta mucho, se llama 'Las huellas del Señor' ¿No sé si lo has leÃdo? Es muy bonito y muy interesante, habla de cómo Dios está con nosotros en todo momento, si tienes una oportunidad de leerlo hazlo, sé que te va a gustar.
Juan.- ¿Es verdad que la gente que va a morir lo sabe? He escuchado eso también, que las personas lo presienten.
Ayuda Espiritual.- He tenido la oportunidad de hablar con amistades, pareja o familia cercana a la persona que falleció y me han comentado que actuaban de una manera extraña, dÃas antes de que pasara su fallecimiento, comportamientos y acciones un poco raras, algunos que se despedÃan de su familia o que soñaban ciertas cosas, que sentÃan que algo iba a pasar, cosas asà y la familia o gente cercana lo notaba.
Algunas otras personas me han platicado, que cuando su ser querido estaba en el hospital, se despedÃan o incluso veÃan gente que ya habÃa muerto.
DecÃan que familiares los habÃan ido a visitar, no sé, alguno de sus padres o abuelos, gente que ya habÃa muerto y mencionaron que habÃan ido a visitarlo, siempre la lógica médica es que están sedados o con medicamentos que les provocan alucinaciones, cosas por el estilo, pero lo que es una realidad, es que sucede, e incluso los describen tal y como eran, aún cuando nunca conocieron a ese familiar que los fue a visitar.
Yo pienso que sÃ, que sà hay alguna especie de preparación, para cuando llega ese momento, ya sea esperado por la familia o por alguna enfermedad, sea de forma repentina o drástica, como lo hemos hablado antes, el tiempo de cada persona ya está Ì destinado.
Juan.- ¿Sobre el suicidio, que pasa con esas personas?
¿Es el mismo proceso?
Ayuda Espiritual.- No, lamentablemente no, las personas que cometen suicidio llevan un proceso diferente, aclarando, y también lo hablamos antes, todos somos hijos de Dios y todos vamos ante su presencia, pero los que tomaron la decisión de adelantar su proceso de muerte, llevan ese camino de manera distinta a los demás, porque cambiaron los tiempos establecidos. Pero, de alguna manera su encuentro con Dios, digamos el ser juzgados, depende mucho de ellos mismos, tienen que cumplir su tiempo que ya estaba establecido, que puede ser muy variable.
La verdad si te soy sincero, hay muchas variantes sobre ese tema, siempre he creÃdo y pensado, que en ese momento que estás ante la presencia de Dios, todo puede cambiar.
También, hay gente que me ha comentado, que cuando están viviendo el proceso de la muerte de un ser querido y lo doloroso que es, dicen, quisiera morirme para ir junto con él, muchas veces pensamientos e ideas del momento, por el dolor tan fuerte que sienten, pero mucha gente si lo piensa de verdad y el error, es creer que asà funciona, que si te suicidas, vas a ir con esa persona en ese mismo momento y no es asÃ.
Lamentablemente hay gente que lo ha hecho y no termina siendo como ellos esperaban, porque son procesos y tiempos diferentes.
Hay veces, que, por alguna razón, coinciden los tiempos de muerte y cuando se muere algún ser querido, la otra persona fallece al poco tiempo y bueno, viven sus procesos después de la muerte, por decirlo asà juntos, aunque cada uno con sus caminos diferentes, lo único, que quizá no se dan cuenta o no lo ven, es que para la familia que vive el proceso de esos familiares o seres queridos que fallecieron, es el doble de difÃcil. Cuando pasa o coincide una situación asà o cuando alguien toma la decisión de quitarse la vida, pensando que van a acompañar a ese ser querido, es mucho más difÃcil para quienes nos quedamos aquÃ.
Como lo hemos estado platicando, perder a un ser querido, en cualquiera de sus formas, maneras y situaciones es muy difÃcil.
Juan.- ¿También he escuchado, que la gente sueña mucho a su ser querido, y a otras personas que no lo sueñan, a que se debe?
Ayuda Espiritual.- Si, es algo que me preguntan mucho, es muy normal porque como bien dices es muy variante esa situación, para empezar, el que sueñes a ese ser querido, depende más de él, que de ti, esa manera de acercarse, de visitarte por asà decirlo, es la forma como Dios le permite ese acercamiento, y claro, depende de los tiempos de cada persona y como llevan sus procesos.
Es cierto que hay personas que tienen mucha capacidad para soñar, que se acuerdan mucho de lo que viven a través de sus sueños, que recuerdan cada detalle, que tienen esa sensibilidad y habemos otras personas que no, que no nos acordamos lo que soñamos o gente que cree que no sueña, aunque todas las personas soñamos, solo que no todos nos acordamos.
Pero si tienes esa capacidad y tu ser querido te visita en los sueños, es mucho más gratificante y bonito acordarse de todo lo que sueñas o vives con él, y quizá, para las personas que no recuerdan, es mucho más complicado, porque aunque los visiten no se van a acordar o lo que recuerdan será muy poco.
Ahora, cuando pasa que no los sueñas, aún teniendo esa capacidad como te decÃa, no depende de uno mismo, en muchas ocasiones, la persona que falleció Ì , tiene esa oportunidad de acercarse y no quiere hacerlo y no por algo malo, sino porque no se siente capaz o preparado.
Para ellos también es muy difÃcil, no lo viven exactamente igual que nosotros, pero es también muy complicado y les cuesta mucho volver a
estar cerca de su familiar o ser querido, se necesita más tiempo, aunque el tiempo es muy diferente para ellos que para nosotros.
Otras ocasiones, nosotros somos los que no estamos preparados para soñarlos, que ellos si buscan la manera, pero es uno mismo quien no quiere o no se siente listo para eso y también se cierra ese canal natural, no siempre es por ellos que no los sueñes, algunas ocasiones depende más de uno mismo.
Siempre buscan visitar, estar cerca, al pendiente y su manera natural es por medio de los sueños, en algunas ocasiones te llevan a los lugares donde ellos se encuentran, te muestran un poco del entorno que los rodea, o simplemente quieren que veas que están bien, que ya no sufren, que ya no les duele nada, que están en paz, porque muchas veces, nos quedamos con esas preocupaciones sobre ellos, y cuando los sueñas te deja una tranquilidad, a veces, uno no es quien lo sueña directamente, pero algún familiar si y te comparte ese mensaje o te dice que lo soñó, que estaba feliz, que lo vio bien, y eso nos deja mucho más tranquilos.
Siempre le comento a la gente, que en algún momento van a soñar a ese ser querido, aún con la capacidad de soñar o no, que solo tengan paciencia, que va a suceder, es la forma natural de acercamiento, que estén tranquilos y en su momento Dios lo va a permitir.
Pero de alguna manera u otra, ellos siguen formando parte de nuestra vida, que siguen con nosotros, solo que de forma diferente, en otro lugar, en otro plano, otra dimensión, como le quieras llamar, pero están cerca, que es lo más importante, no se van del todo, sigue su energÃa, su presencia, y sobre todo su recuerdo, 'Las personas solo mueren, cuando uno ya no las recuerda.'
Y sabes algo; a pesar de lo difÃcil que es, y lo duro que es vivir un proceso de muerte, lidiar con la ausencia de un ser querido, todo esto que hemos platicado, todo el daño que nos deja, hay algo que siempre se nos pasa o no vemos, que no deja de ser bonito para ellos y te lo explico: Piensa un momento en esto, tu padre, que falleció, crees que no fue bonito para él, encontrarse a sus padres, a sus abuelos, quizá algún hermano que ya habÃa fallecido antes, algún amigo, no sé, a alguien que ya no estaba en su vida y pudo por fin volver a verlo, la alegrÃa que eso le ocasionó, la felicidad para él también, volver a abrazar a todos, hablar con ellos, contarles su vida,
lo que hizo, la familia que logró tener, que les platique de ustedes de sus hijos, todo lo bonito que vivió.
De esas veces que encuentras a alguien que no has visto en mucho tiempo, y lo ves de nuevo, imagina todo lo que van a platicar, no sé, solo piénsalo, a pesar de ese dolor que para ellos significa, saber que ya no va a estar con ustedes, a las personas que deja aquÃ, pero a su vez, a las personas que van a volver a ver. Creo que esa felicidad no se compara con nada y, además, sabiendo que, en algún momento, los va a volver a ver, a la gente que ahora deja aquÃ, que con gusto los estará esperando por el tiempo que sea necesario, porque quizá para ti, sean años, y muchos años, Dios asà lo permita, pero para él, será quizá unos pocos momentos.
Alégrate por él, y por su nueva etapa de vida, por continuar su camino, y que no estará solo, que lo acompaña mucha gente que también lo quiere, que lo extrañaba mucho, y esperaba con ansias poder verlo.
En ese momento, solté mi hoja de preguntas, no supe qué decir, me quedé en un silencio total, comencé a llorar y de alguna manera, con esas palabras, pude entender muchas cosas, como que algo llegó a aclarar todo lo que habÃa en mi cabeza, asà como en mi alma.
Es verdad, jamás me detuve a pensar, en lo bonito que era también, solo me enfoqué en mà dolor y en mi pérdida, lo que él, significaba para mÃ, la falta que me iba a hacer, y en todo lo que perdÃa, pero todo era pensando solamente en mÃ, sin darme cuenta en lo que iba a ser para él.
Quizá fue egoÃsta de mi parte, en pensar que era solo mÃo, y lo tenÃa que tener siempre a mi lado, que estuviera al pendiente de mÃ, y ahora me doy cuenta que no, que habÃa más gente que lo esperaba con mucha alegrÃa, que lo querÃan ver, que lo necesitaban también y es verdad⦠él ya no tenÃa a sus padres, ya ambos habÃan fallecido, al igual que sus abuelos, y algunos hermanos también, no imagino lo hermoso que fue cuando llegó con ellos y los volvió Ì a ver.
Ahora que lo pienso, me alegro mucho por él, no por su muerte, o que ahora no me duela, ni mucho menos, solo que entiendo diferente todo esto.
Y espero algún dÃa, volver a verlo, abrazarlo, y ver a toda mi familia junta, a todas aquellas personas que ahora me esperan a mÃ.
Le di las gracias a ayuda espiritual, por todo esto, por sus palabras, por lo que me habÃa dicho, que no tiene una idea de lo que me ha ayudado, y
que con sus respuestas entendà mucho más todo esto que estaba viviendo. Le dije que aún tengo más preguntas, pero que serÃan para otra ocasión... Ambos nos reÃmos, pero agradezco enormemente este tiempo que me dio, porque siempre he pensado, que el regalo más grande que le puedes dar a alguien, es tu tiempo, eso jamás va a regresar.
Me despedà de él, y me fui lleno de energÃa, con tantas cosas en la cabeza , tanta información, que sé que voy a volver a recordar, una y otra vez, pero con una paz en mi corazón y en mi alma.
Esa noche en mi casa, recordé sobre lo que me dijo ayuda espiritual y la reflexión que me recomendó que leyera, se llama: Las Huellas del Señor.
Asà que busqué el escrito y lo comencé a leer:
Las Huellas del Señor
Una noche, un hombre soñó que caminaba por la playa en compañÃa del Señor. Por su mente pasaban escenas de su vida y en cada escena veÃa sus huellas y las del Señor.
Cuando la última escena de su vida pasó ante él, miró a las huellas y se dio cuenta, que durante su vida, muchas veces vio sus huellas solamente; esto sucedió Ì siempre que él se encontraba solo y triste.
Perturbado por esto le preguntó al Señor: Señor mÃo, cuando decidà seguirte, tú me prometiste estar siempre a mi lado, pero he notado, que cuando me encuentro agobiado por los pesares de la vida, he visto mis huellas solamente.
¿Por qué me abandonas cuando más te necesito?
Ãl le contestó: Hijo mÃo, mi querido hijo, sabes que te quiero y que nunca te abandono. Durante tus angustias y sufrimientos, las huellas que has visto, fueron las mÃas, porque en esos momentos, te llevaba en mis brazos.
XXV. EMMA
P llegué muy motivado, la verdad me sentÃa mejor, mucho más feliz, esa asaron algunos dÃas, y tenÃa clase de yoga en el instituto de Paola, plática con ayuda espiritual acomodó muchos pensamientos, y me dio una paz necesaria en mi vida.
Llegué, saludé a mis compañeros de clase y ahà estaba ella, ahora sà estaba, y me emocioné mucho al verla, me acerqué, la saludé y lo primero que le dije fue. Disculpa, te he visto antes, hemos platicado, pero no sé cómo te llamas .- Me dijo con una sonrisa.Me llamo Emma .
Qué bonito nombre y no muy común , le dije.
Ambos sonreÃmos, me llamo Juan, mucho gusto, bueno, ya nos hemos visto, pero no nos habÃamos presentado antes.
Le pregunté, ¿No te vi la clase anterior, todo bien? Esperaba verte y para mi sorpresa no estabas, y dije.Ahora quien me va a ayudar en mis ejercicios , solo reÃmos, pero sentà una energÃa muy bonita y fuerte entre los dos. Me dijo.- Que no pudo venir, que también tenÃa otras clases, que iba a otros lugares a hacer ejercicio, y ese dÃa se le complicó llegar, pero con esto que me dices, espero no volver a faltar.
Eso me motivó aún más, el saber que ella iba a continuar y para mÃ, era volver a verla.
EmpezÃ³Ì la clase, estuve junto a ella todo el tiempo, sonreÃmos mucho, hacÃamos bromas, me sentÃa muy cómodo con ella y notaba que ella también.
Terminó la clase, nos despedimos y tomé el valor de pedirle su número telefónico, y le dije: Que me gustarÃa mucho poder volver a verla, pero no en clase, si no poder platicar en otro lugar, tomar un café.
Me dijo.- Claro que sÃ, me encantarÃa, guarda mi número y cuando quieras, platicamos y asà saber a dónde podemos ir.
Estaba feliz, muy feliz, tenÃa mucho tiempo que no me sentÃa asÃ, en todo el camino de regreso mi corazón estaba acelerado, pensaba en muchas cosas, habÃa algo en mÃ, que con todo lo que habÃa pasado en mi vida, todo lo difÃcil que habÃa sido y el proceso tan doloroso, jamás pensé Ì que llegarÃa a sentir de nuevo, FELICIDAD.
XXVI. COMIENZA LA HISTORIA MÃS HERMOSA DE MI VIDA, EL AMOR TODO LO TRANSFORMA
P trabajo porque no encontraba el valor de hacerlo, eran muchos mis asaron algunos dÃas y me comuniqué con Emma, me costó mucho nervios, pero por fin llegó ese dÃa y le hablé.
Me contestó muy amable, se acordaba de mÃ, y le dije: Que la querÃa invitar a salir, si querÃa ir a tomar un café.
Me dijo que sà y acordamos vernos, es una fecha que jamás olvidaré, porque ese dÃa marcó mi vida para siempre, de una forma positiva y mágica, en ese momento, comenzó Ì la etapa más bonita de toda mi vida, un domingo doce de junio , fue la fecha cuando Emma y yo nos vimos y toda esta hermosa historia comenzó.
XXVII. MI CRECIMIENTO EN TERAPIA PSICOLÃGICA
T ocultar mi felicidad, sonreÃa todo el tiempo, empezamos con la sesión, enÃa cita con mi psicóloga Andrea, desde que llegué con ella no podÃa y me dijo; ni te pregunto cómo estás, porque por lo que veo estas muy bien. Solo sonreà y le dije que sÃ, que me sentÃa por primera vez, en mucho, mucho tiempo feliz.
Me dijo Andrea, ¿A ver, platÃcame qué pasó en estos dÃas, que cambió tanto en tu vida?
Le respondÃ.Cómo empiezo, pues mira, volvà a ver a ayuda espiritual, recuerdas que te hablé de él, y la verdad me ha ayudado mucho, pero esta última vez que lo vi, fue más interesante y sentà un avance más fuerte, una mejorÃa, le pregunté muchas cosas sobre el tema de muerte, preguntas que no habÃa encontrado en su momento respuestas, que cuando estaba en búsqueda de reforzar mi fe, no encontré Ì del todo, y ahora, con lo que hablé con él, quedó más claro ese tema, me abrió los ojos y cambió mi manera de pensar, créeme, fue de mucha ayuda esa última plática.
Siento que contigo, cuando vengo a terapia y todo lo que me has ayudado, con Paola, sus clases en el instituto, con todas las cosas nuevas que he encontrado ahÃ, y con ayuda espiritual, su manera de trabajar la espiritualidad, conectar con Dios, lo que ha sanado en mi alma, ustedes tres, han sido las personas donde he encontrado ese apoyo, ayuda y guÃa, que han cambiado mi vida y gracias a ustedes puedo continuar y seguir adelante.
Andrea me responde con una sonrisa y me dice: no tienes nada que agradecer, de verdad, pero me da mucho gusto formar parte de tu vida y poder ayudarte, pero, sé que hay algo más, ¿Verdad?
Le dije que sÃ, ¿Se nota mucho? Ambos reÃmos.
Conocà en el instituto de Paola, a una mujer, se llama Emma, estamos en la misma clase de yoga y desde la primera vez que la vi, sentà algo muy fuerte, ya hemos platicado un poco en clase y la invité a salir , fuimos a tomar un café, platicamos mucho, me contó su vida y yo la mÃa, nos entendimos y conectamos de una forma muy especial y de verdad te digo Andrea, me siento muy feliz, no era algo que esperaba fuera a pasar y mucho menos algo que estuviera buscando, pero ahora, no sé, me siento diferente, llegó a mi vida y la complementa de una forma muy bonita, que te puedo decir, me siento feliz.
Se que necesitamos conocernos más, que pase más tiempo, pero hasta el momento, lo que sé de ella, me gusta y mucho, me entiende, me comprende, ha vivido cosas muy similares a las que yo también he vivido y pasado, siento que eso nos conectó.
Veo que mi vida avanza, que pasa el tiempo y me siento mejor, que soy otra persona totalmente diferente.
Me dijo Andrea, me da mucho gusto, me siento igual de feliz por ti y por tus avances, por tu crecimiento, sé que no ha sido fácil, pero sigues adelante.
Recuerdo mucho a esa persona que llegó conmigo la primera vez, como estabas en esa primera terapia y te veo ahora, créeme, veo a una persona totalmente diferente y me siento muy feliz por ti.
Siempre es bonito ver el crecimiento de un paciente, ver sus cambios, y tengo muy presente cómo llegaste, todo esto, es el resultado de tu lucha por sanar y me alegra mucho haber formado parte de este proceso.
XXVIII. ÃLTIMA CITA CON AYUDA ESPIRITUAL
P momento lo que pensaba, era en ir a verlo, agradecerle lo de la última asaron algunos dÃas y volvà a contactar a ayuda espiritual, en ese plática, y algunas preguntas que sentÃa estaban pendientes, pero realmente solo con el hecho de ir, me ayudaba mucho, encontraba paz en su lugar y sobre todo hablar con él.
Llegué a su consultorio, lo saludé y me preguntó, ¿Cómo estás?, le respondÃ, bien, muy bien, muchas gracias, la última plática que tuvimos, las preguntas que te hice y, sobre todo, las respuestas que me diste, tu conocimiento y tu opinión sobre el tema de muerte, me dejaron todo muy claro, de verdad, muchas gracias.
Me dijo, no tienes nada que agradecer, mi intención es ayudarte y gracias a Dios, asà sucedió Ì , le dije, tenÃa más preguntas, pero la verdad es que con lo que hablamos, siento que es suficiente por el momento, me aclaró muchos de mis pensamientos e ideas que tenÃa y me siento en paz, y me imagino, cada persona que vive una pérdida, tiene sus propias dudas.
Ahora entiendo que cada pérdida que tenemos, aunque pareciera ser igual, el dolor que sentimos, pero es en realidad muy diferente, cada persona es distinta, vamos a vivir nuestro propio proceso, y sanar a nuestro tiempo.
Pero sabes; solo me quedó una duda, o más bien una sensación pendiente, cuando pasó lo de mi papá, cuando él falleció Ì , no estuve presente, no estuve ahà con él en sus últimos momentos, y siempre es algo que he cargado.
En su momento, me culpaba por no haber estado ahà con él, con el tiempo, me doy cuenta que no fue mi culpa y con todo lo que hemos platicado, ahora lo entiendo mucho más, pero esa sensación sigue, él no
despedirme de él estando en vida, me ha pesado, porque, si lo hice, me despedà de él cuando lo sepultamos, pero siento que no fue lo mismo. De hecho, dÃas después de que tuvimos esa plática, pude soñarlo, me dio mucho gusto verlo, me sorprendió Ì mucho, porque nunca he considerado que tengo esa capacidad de soñar.
Nunca recuerdo mis sueños, pero esa vez lo pude soñar, no recuerdo mucho, pero se me quedaron imágenes muy claras, lo vi más joven, no a la edad que él tenÃa cuando murió Ì , quizá unos diez años más joven, lo vi más sano, mucho más recuperado, bueno, en comparación a la última imagen que tenÃa en mi cabeza de él , lo vi mejor, en ese sueño apareció, me saludó , sonreÃmos y me dio un abrazo, me dijo que estaba bien, y que siempre iba a estar presente en mi vida.
Fue corto el sueño, o al menos lo que recuerdo, pero desde ese dÃa me ayudó mucho en todo este proceso, porque no recordaba haberlo soñado, y era algo que querÃa compartir.
Me dijo ayuda espiritual; que bueno, me da mucho gusto que pudo hacer contacto contigo y que lo recuerdes, como lo habÃamos platicado antes, es la manera natural de hacerlo y quiere decir que tanto él, como tú han avanzado en sus propios procesos de pérdida, y por eso se pudo dar el acercamiento, créeme, es algo muy bonito, le respondÃ, si, la verdad es que si, fue algo extraño y que nunca antes lo habÃa vivido.
XXIX. UNA CONEXIÃN HASTA EL CIELO, ES LO QUE NECESITABA PARA SANAR
M e dijo, ¿Recuerdas que la primera vez que platicamos, te comenté sobre unas terapias de sanación, o terapias espirituales, que ayudaban a sanar o reforzar ese proceso de pérdida?
Le respondÃ, sà claro que recuerdo, incluso me decÃas, que en su momento me ibas a explicar cómo funcionaban, y si estaba interesado en eso.
Te explico cómo funcionan, este tipo de terapias, lo que se busca es un acercamiento con la persona que falleció Ì , en este caso con tu papá, pero te quiero aclarar y explicar; no es por medio de un ritual, o por contactar a los muertos, como mucha gente dice, o invocar a alguien que ya no está, no se trata de traer a una persona que ya falleció Ì , me explico, quiero aclarar todo esto porque no me gustarÃa que hubiera un mal entendido.
Ahora, cómo funciona entonces: lo que hacemos, es algo parecido, pero a la vez no, con una hipnosis, no se si en algún momento te han hecho una hipnosis, o sabes algo sobre ese tema, le dije, la verdad no, nunca me han hecho hipnosis , en algún momento, alguien me habló de ese tema, y pensÃ©Ì que podrÃa ayudar, pero nunca me animé, me dio miedo hacerlo, pero sà investigué un poco sobre eso, sabÃa que ya en un estado de hipnosis, pueden trabajar con tu mente, con tu subconsciente, poder ayudarle a sanarlo, como programar tu mente, en ciertas cosas que hagan falta, mucha gente dice que le ha funcionado y ayudado, pero en mi caso no lo hice.
Me decÃa ayuda espiritual, bueno sÃ, de alguna manera algo similar a lo que me dices, pero en mi caso es diferente, mira, para empezar, no estás en
estado de hipnosis, estás totalmente consciente de donde estás, lo que se está haciendo, se le conoce como estado de trance, que ayuda a la mente a estar despierta y abierta a la información, concentras energÃa y sientes en tu cuerpo como una especie de cansancio.
Le dije, sÃ, creo entender, en el instituto de Paola, en clases de yoga hacÃamos meditación y entrabamos en un concepto asÃ, de meditación profunda, concentración para alinear nuestras energÃas y sÃ, en ese momento estabas ahà pero a la vez no, era algo extraño.
Me dijo ayuda espiritual, si, algo muy similar, de hecho, eso que hace Paola, fue algo de lo que aprendió Ì conmigo y lo puso en práctica a su manera y forma de trabajar, pero algo muy similar.
Te explico, te sientas en este sillón, yo voy a estar detrás de ti, solo voy a poner mis manos sobre tu cabeza, vas a cerrar los ojos, y te voy a dar unas instrucciones de algunas cosas que vas a pensar y hacer en tu mente, en si ese es el proceso.
¿Qué vamos a buscar con esto? Poder conectar con tu papá, que puedas verlo, sentirlo, hablar con él, puedas despedirte.
Todo es a través de un pensamiento o un recuerdo que tengas con él y basado en ese recuerdo, algo que tengas muy presente de él contigo, y ahà vamos a llevar a tu mente y de esa manera, él pueda acercarse a ti.
Lo hemos platicado antes, el sueño es la manera natural de conexión, y esto es una manera de inducir ese sueño, y asà crear el canal para su conexión, estando tú despierto, pero en un estado de trance.
Algo muy similar a lo que soñaste, pero esta vez inducido,
va a estar controlado y yo como intermediario.
La verdad me quedé sin palabras, no sabÃa que de alguna manera se podÃa hacer eso, alguna vez escuché en el grupo donde estaba, el de las personas que también habÃan perdido un ser querido, que querÃan buscar contactarlos, hablar con ellos, e incluso que buscaban gente como médiums, y situaciones asÃ, pero nunca me pareció Ì correcto y que no era natural.
Pero, por lo que me decÃa ayuda espiritual, era diferente, no es que tal cual se fuera aparecer mi papá como un fantasma, e iba poder hablar con él, todo era como soñar, crear y preparar ese sueño.
Le dije que sÃ, que estaba interesado en poder intentarlo, que querÃa hacer ese tipo de terapia espiritual.
XXX. PREPARACIÃN PARA UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE
M uy bien, vamos a empezar, me sentÃ©Ì en el sillón, cerrÃ©Ì mis ojos y me dijo, que estuviera tranquilo, me pidió Ì que contara secuencia de números en mi mente para relajarme, él tenÃa sus manos sobre mi cabeza, sentÃa sus manos muy pesadas, pero a la vez cómodas, me relajaba mucho sentir sus manos en mi cabeza, me dijo, que trajera a mi mente un recuerdo muy fuerte, un recuerdo muy grande que tuviera con mi papá, que podÃa ser cualquier cosa, incluso de cualquier edad, que no importaba, solo que fuera algo muy importante para mÃ.
No sabÃa en qué pensar, estaba algo nervioso, pero a la vez muy emocionado, se venÃan muchos recuerdos con él, de muchas etapas, pero ninguno en particular o en especial.
Traté de relajar mi mente, estar más tranquilo, me puse a contar como él me dijo, conté en mi mente del número uno, al número veinte, asà me lo indicó, y eso me fue ayudando, en cada conteo respiraba profundo, y cuando terminé de contar me sentà más relajado, incluso más cómodo.
Ãl seguÃa con sus manos en mi cabeza, y de pronto, llegó un recuerdo a mi mente, algo que no tenÃa presente, era algo que la verdad ya no recordaba, que habÃa pasado entre él y yo, era un recuerdo muy antiguo, de algo que habÃamos vivido.
XXXI. EN LO MAS PROFUNDO DE MI MENTE, VIVE UN RECUERDO CON MI PADRE
E tendrÃa alrededor de cinco años, solo estábamos él y yo en ese parque, stábamos en un parque, era de noche, incluso ya tarde, yo era pequeño, la verdad, no sé qué hacÃamos ahÃ, y menos en la noche, pero recuerdo que estábamos jugando con una pelota, él estaba sentado, y yo corrÃa con la pelota, me acercaba a él, me cargaba, recuerdo que reÃamos mucho, sé que era un momento muy feliz de mi vida, aún sin saber qué hacÃamos ahÃ.
En mi recuerdo no veÃa a más gente, no sé si realmente estaba solo el parque, o asà lo recuerdo, aunque por la hora que era o que tengo en mente, tendrÃa sentido que no hubiera personas ahÃ, pero recuerdo estábamos solos.
En ese momento y de pronto, me vi sentado a un lado de él, pero yo a mi edad actual, y a él, lo veÃa en la edad que tenÃa en ese momento del recuerdo, era extraño, porque en mi mente, me veÃa incluso mayor que él, seguÃamos igual en el parque, seguÃa siendo de noche, el lugar y momento no cambiaba, seguÃa igual, pero estábamos sentados, él estaba junto a mÃ, me empieza a hablar y me dice.- ¿Cómo estás?
Le respondÃ, estoy bien, pero esto es extraño, cómo es que estamos sentados hablando, y a lo lejos, seguÃa viéndome a mà mismo pequeño, corriendo tras esa pelota; me dice. ¿Por qué es extraño?
Le contesté, sà porque tú ya estás muerto, me responde. - SÃ, asà es, pero a través de este recuerdo y la conexión, pude acercarme contigo, este mismo recuerdo que tienes tú, es algo de lo cual me acuerdo mucho yo también, pudimos conectar a través de este mismo recuerdo que tenemos los dos.
Le dije: La verdad, no sé qué decirte, son tantas cosas, me dolió mucho tu partida, es algo con lo que he tenido que vivir y ha sido muy difÃcil, no pensé que fuera algo de lo cual me iba a recuperar, en ese momento que pasó, fue algo que creà toda mi vida iba a estar asÃ, mal, con mucha tristeza, pensando que el dolor que sentÃa jamás iba a sanar.
Solo me respondió Ì , lo sé, sé que ha sido algo muy difÃcil y no solo para ti, para mà también, pero he visto que has salido adelante, que poco a poco vas sanando, te veo mucho mejor, le dije, sÃ, he encontrado la ayuda con las personas indicadas, y volver a acercarme a Dios, me ha ayudado mucho en este difÃcil proceso.
No me pude despedir de ti en ese momento, es algo con lo que he cargado todo este tiempo, el no estar presente cuando falleciste, son cosas que aún no he podido superar.
Me respondió; si, pero, sabes algo; para mÃ, fue lo más difÃcil que he tenido que vivir, pero el que no estuvieras presente, me ayudó mucho, porque si hubieras estado ahà conmigo, me iba a costar mucho más poder avanzar, y ya era mi momento, fue algo que le pedà a Dios que pasara, pero no porque no quisiera que estuvieras conmigo, simplemente, porque no iba a poder alejarme de ti.
Me dijo.Me da mucho gusto verte crecer, mejorar tu vida, que has salido adelante, me siento muy orgulloso de ti, que nunca se te olvide, que siempre voy a estar presente en tu vida, ves a ese niño correr tras una pelota, que es feliz, que rÃe todo el tiempo, es asà como yo te veo, aunque se, que ahora eres un adulto, pero que sepas que vas a ser mi niño por siempre, y quiero que seas muy feliz.
Nos levantamos, y nos abrazamos muy fuerte, de esos abrazos que no quieres que terminen nunca, me pude despedir de él.
En mi mente se fue aclarando el lugar, se hacÃa de dÃa, y todo iba desapareciendo, empecé a escuchar la voz de ayuda espiritual que me decÃa, que saliera de mi recuerdo y fuera despertando, poco a poco fui abriendo los ojos, no podÃa mover mi cuerpo, me sentÃa muy pesado, mi cuerpo totalmente dormido y en ese momento, comencé a llorar, pero de esas veces que lloras de felicidad, cuando algo muy bonito pasó en tu vida. Me preguntó ayuda espiritual que si pude hacer mi recuerdo, que si pude verlo y hablar con él, le dije que sÃ, y le comencé a platicar lo que habÃa vivido
con mi padre, hablamos sobre cómo me habÃa sentido en la terapia, no tenÃa una noción del tiempo, pero me di cuenta que fueron como cuarenta minutos en los que estuve en esa especie de trance, poco a poco, se fue despertando mi cuerpo, ya sentÃa esa movilidad, me decÃa ayuda espiritual que era normal, que asà son las sensaciones en estas terapias, va a ir desapareciendo lo que sientes, no te preocupes.
Terminamos la terapia, y le volvà a agradecer lo que habÃa hecho por mÃ, y de la forma que me ayudó, era lo que me hacÃa falta, y sentà que con esto que habÃa vivido, me iba ayudar mucho más en mi proceso de sanar mi alma.
Me despedà de él, y me fui a mi casa, todo el trayecto fue de pensar y pensar en lo que habÃa pasado, estaba muy sorprendido, pero a la vez con una sensación de tranquilidad, sentÃa mucha paz.
No recordaba ese momento de mi vida, hasta que hicimos la terapia, porque de todos mis recuerdos que tenÃa con él, ese momento no lo tenÃa presente, pero me explicó ayuda espiritual, que era uno de los recuerdos que mi papá tenÃa conmigo y me llevó a ese lugar y fue ahà donde se pudo hacer la conexión.
Fue una experiencia muy bonita en mi vida, que sentÃa que necesitaba, y a pesar de que se pudo lograr la conexión, es algo que no volverÃa a hacer, no porque fuera malo, al contrario, para mà fue una experiencia hermosa y única, porque sé que él está conmigo y yo lo siento asÃ, sé que por medio de los sueños, cuando vuelva a pasar y los pueda recordar, va a ser su manera de decirme, aquà estoy, que me vino a visitar.
Tuve la bendición de poder despedirme de él, de esa manera, y que Dios asà lo permitió, de poder platicar con él, sentirlo muy real, de darle ese último abrazo, y sentir su calor, de escucharlo, y saber su sentir con lo que pasó.
Todo ese momento que vivà con él de esa manera, y a través de la terapia, poder sanar lo que hacÃa falta, siempre lo voy a extrañar, y siempre me va a doler su muerte, pero ahora, es diferente, esta vez lo entiendo y veo la muerte de otra manera, esto es lo que hacÃa falta en mi vida.
XXXII. LA TAREA MAS DIFÃCIL DE TODA MI VIDA
P platicar con ella, sobre la experiencia que habÃa tenido con ayuda asaron algunos dÃas y tenÃa cita con mi psicóloga Andrea, querÃa espiritual, y la terapia de sanación que hicimos.
Llegué a su consultorio y me preguntó, ¿Cómo te sientes?
¿Qué cosas nuevas han pasado, o hecho en tu vida? Y fue cuando le platiqué lo que habÃa sucedido, me preguntó, ¿Qué cómo me sentÃa con esa experiencia? Le dije, que aún estaba tratando de entenderlo, que la verdad me habÃa sentido muy bien, que me habÃa ayudado mucho en todo este proceso que he vivido, pero al ser algo nuevo, algo que jamás habÃa experimentado, estaba tratando de procesarlo en mi mente.
Platicando con Andrea, me dijo, que me iba a encargar una especie de tarea, o actividad, donde hiciera una carta o un escrito, y ahà plasmara todo lo que sentÃa, todo lo que habÃa provocado emocionalmente esa experiencia que vivÃ, que redactara y libera esos pensamientos y emociones.
Me pareció una muy buena idea que, al momento de escribir mis sentimientos, me iba a ayudar a liberar y sobre todo a ordenar lo que tenÃa en mi cabeza.
Me despedà de Andrea y me sentÃa emocionado de poder redactar mi carta, de hecho, me comentó que era decisión mÃa, si querÃa compartirlo con ella o que solo lo dejara para mÃ, que lo importante, era que pudiera expresar y liberar esos sentimientos.
Al principio pensé, en que solo fuera para mÃ, lo sentÃa algo muy personal, pero mi confianza y apoyo siempre lo he tenido con mi psicóloga, y la
verdad me gustarÃa mucho poder escuchar su opinión.
SeguÃa en mis clases de yoga, iba al instituto de Paola, era algo que me ayudaba a sentirme bien, incluso fÃsicamente me sentÃa mejor, me di cuenta que el practicar yoga no solo ayudaba a lo mental, si no también en el cuerpo.
Y además, tenÃa la oportunidad de seguir viendo a Emma en las clases, era una manera de seguir reforzando la relación que tenÃamos.
A pesar de que era mucha mi emoción de escribir esa carta, no sabÃa cómo empezar, o que escribir, por alguna razón no me daba el tiempo para hacerlo, buscaba el momento adecuado pero no se daba, pasaron algunos dÃas donde solo lo pensaba, y tenÃa en mente lo que querÃa escribir, pero solo se quedaba en eso, en la intención.
Vi a Emma ese fin de semana, salimos y le platiqué a grandes rasgos lo que habÃa vivido, esa experiencia que tuve con ayuda espiritual, y la terapia de sanación con mi padre, en un principio me dio un poco de temor el platicar con Emma , no sabÃa que fuera a pensar de mÃ, pero lo entendió Ì muy bien, incluso me dio su opinión, y como a su manera entendió Ì esa experiencia.
Le comenté sobre la carta que me recomendó hacer mi psicóloga Andrea, pero que aún no la habÃa hecho, que no sabÃa cómo empezar, es una idea muy bonita e interesante dijo Emma, porque creo que con esto vas a poder dar un cierre en esta etapa de tu vida, una manera de terminar algo, y comenzar de nuevo, se lo que has vivido y lo difÃcil que ha sido para ti, pero también, he visto cómo has avanzado, lo mucho que has crecido, como la muerte de tu papá cambió por completo tu vida y esta es una manera de cerrar un ciclo.
XXXIII. CARTA A MI PADRE
Y asà fue, al dÃa siguiente estando en mi casa, y escuchando algo de música empezaron a llegar pensamientos e ideas, todas las emociones y sentimientos guardados comenzaron a salir, tomé papel, lápiz y esto fue lo que escribÃâ¦
Tu muerte, fue la experiencia más dolorosa que he tenido, no tenÃa idea de la magnitud, y el impacto que iba a provocar en mi vida, no sabÃa lo que se sentÃa realmente perder a alguien.
El dolor y sufrimiento tan grande, de saber que jamás te volverÃa a ver, sacudió y cambió mi vida por completo. No hay palabras para explicarlo, no sabrÃa cómo decirle a alguien lo que significaba para mà tu muerte, pero aún asà decidà continuar viviendo, en un mundo donde ya no tenÃa ningún sentido para mÃ.
Busqué la manera de superar tu muerte, intenté sanar, incluso el no querer sufrir, pero no pude, no se puede, no hay manera de lograrlo, y en mi desesperación, quise acabar con mi dolor.
Pasó el tiempo y el sufrimiento seguÃa conmigo, creà que mi vida iba a ser de esa manera, que tenÃa que acostumbrarme a vivir con ese dolor.
Pero ahora sé que Dios tenÃa un camino diferente para mÃ, y pude encontrar la ayuda que tanto le pedÃ, y sabÃa que necesitaba, llegaron personas importantes a mi vida, que con su labor y trabajo lograron darme paz, y sanar mi alma, me ayudaron a sentir una tranquilidad que siempre creà que jamás iba a volver a encontrar.
Con mucho trabajo, pero logré entender tu muerte, no lo superé, aún me duele mucho, y sobre todo te extraño demasiado, pero logré entenderlo, y eso salvó mi vida.
Porque estaba luchando contra algo que nunca iba a vencer, luchaba contra un sentimiento, peleaba contra algo que ya habÃa pasado, que no habÃa marcha atrás, y mi vida dependÃa de eso.
Ahora todo es diferente, estoy tranquilo, soy feliz, veo y entiendo la vida de una manera distinta, he aprendido muchas cosas nuevas, encontré el amor, y se pudiera decir, que todo esto pasó, a raÃz de tu muerte.
Es extraño, pero entender lo que pasó, fue la forma de lograr todo esto, me di cuenta que el sufrimiento, el dolor, la culpa, el estar enojado con la vida, no me ayudarÃan a sentirme bien, y mucho menos a superar algo que no se necesita superar, estar asÃ, no te iba a traer de regreso.
Entender que no me abandonaste, que falleciste, que es muy diferente, y que si en tu decisión estaba, nunca te hubieras alejado de mÃ, eso también logré entenderlo.
Ahora puedo hablar de ti, te pienso, recuerdo momentos y experiencias a tu lado, pero de una forma diferente, me hacen sentir feliz, porque tuve la oportunidad de estar contigo, aprendà a agradecer.
La vida no es fácil, incluso podrÃa pensar que muchas veces es injusta, pero logré entender, que uno se va quedando con lo bueno de las personas, y de todas las experiencias que vas viviendo.
Ya no lucho por no extrañarte, por no llorar, entendÃ, que es bueno y qué es sano para el alma llorar por alguien, que muchas veces, se necesita para liberar esas emociones, entendÃ, que no es malo llorar.
Ahora me siento muy feliz, y no estoy feliz porque tú ya no estás, soy feliz, porque la vida me da la oportunidad de hacer muchas cosas nuevas, de valorar y agradecer cada dÃa, porque sé que en algún momento va terminar y cuando te vuelva a ver, quiero platicarte todo lo que hice, lo que logré y que siempre busque, e intenté la manera de que te sintieras orgulloso de mÃ.
Poder entender tu muerte, salvó mi vida.
Gracias papá, por todo lo que sé que hiciste, y por todo aquello, que nunca supe, pero sé que lo hacÃas por mÃ.
Con todo mi amorâ¦
Tu hijo Juan,
Posdata.
Papi, descansa en paz, ahora es mi turno de luchar contra los monstruos.
XXXIV. AMANECER PUEDO VER LA LUZ, A UN NUEVO COMIENZO
T sentà que algo se cerró Ì , que algo en mà habÃa terminado, es difÃcil de erminé de escribir la carta con un nudo en la garganta, pero también explicar, pero algo pasó en ese momento.
Sin darme cuenta, ya era tarde, no sé cuánto tiempo pasó entre lo que pensaba y luego escribÃa, y luego me quedaba pensando en la nada, y volvÃa a escribir, al final terminé, y leà lo que estaba en esa hoja, y sentà una tranquilidad, una sensación muy bonita, logré descansar esa noche.
Pude compartir mi carta con Emma, y tuve terapia con mi psicóloga Andrea, le leà lo que habÃa escrito y fue la manera de cerrar un ciclo, me dijo, que le daba mucho gusto que pudiera terminar de esta manera, y sobre todo, que expresara mis sentimientos. Que siempre va a estar para ayudarme.
Se que mi vida ahora es diferente, pero también sé que la ayuda psicológica es necesaria, sé que Andrea va a formar parte de mi entorno, y el saber que cuento con ella, me da una seguridad y confianza en todo aquello nuevo que llegue a mi vida.
Me siento muy feliz en el instituto de Paola, quiero seguir aprendiendo, he formado parte del grupo de personas que han perdido a un ser querido, estoy en las terapias, doy mi testimonio y asà poder ayudarles.
Me gustó la idea que me propuso Paola, de ser una motivación para las personas nuevas que iban llegando al grupo, de alguna forma poner mi granito de arena.
Agradezco enormemente a ayuda espiritual por todo lo que me ayudó y logró cambiar en mÃ, sé que fue alguien muy importante en mi vida, y en este difÃcil proceso, hay temas pendientes con él, y también sé, que hay mucho más de que platicar, me gustarÃa saber más, y estoy seguro que es la persona indicada, y me puede guiar a fortalecer mi lado espiritual.
Mi relación con Emma sigue, me siento muy feliz, y sobre todo muy enamorado, nos conocemos cada dÃa más, y ha llegado a ser alguien muy importante en mi vida, estamos construyendo un camino juntos, con muchos planes y metas que queremos lograr, hay una historia muy bonita de nosotros dos, que sé que en algún momento la voy a compartir, porque ella es una clave muy importante en todo este proceso que cambió por completo mi vida.
Todos los que hemos vivido la pérdida de un ser querido, sabemos que no es nada fácil, es un proceso largo y muy complicado, pero hay luz al final del túnel, se puede salir adelante y avanzar, es necesario buscar ayuda, este proceso no se puede llevar solo, déjate ayudar.
Cada persona lo lleva a su manera, a su propio tiempo, sobre todo tener paciencia. No es una competencia, pensar que porque ya pasó tiempo, tengo que estar bien o que tal persona parece que ya lo superó, y tengo yo que hacerlo también, el tiempo para sanar es diferente.
Siempre el tema de muerte y la manera de llevarlo es difÃcil, porque cada persona tiene su manera de pensar y sus creencias, lo importante es poder entender, y saber que puedes salir adelante en este difÃcil proceso y sea cual sea tu creencia o idea sobre este tema, se respeta mucho, no es la intención cambiarla, es solo ayudar a sanar y cualquiera que sea tu fe, la puedas reforzar, para que te ayude a salir adelante.
Muchas gracias por darte la oportunidad de leer este libro, esperando que te pueda servir, y en él, puedas encontrar respuestas y toda la ayuda que necesitas.
DedÃcale este libro a esa persona que ya no está contigo, y que su muerte cambió por completo tu vida.
Dedicado a mi
Mi ángel desde el cielo.
AGRADECIMIENTOS
A gradezco a Dios principalmente, por darme la oportunidad de ayudar a las personas y hacer posible este sueño de publicar un libro, para poder llegar a más gente y conozcan nuestro trabajo, definitivamente tus tiempos son perfectos.
A mi familia, a mi esposa y a mis hijas por ser siempre el apoyo incondicional, estar conmigo en todo momento, son mi fuerza y mi motor para seguir adelante.
A mis padres, que ya no están conmigo, a mi padre que fue la inspiración y guÃa para este libro y a mi madre, gracias por darme la vida y ser ese último empujón que hacÃa falta, para que todo esto sucediera.
A mis hermanos, por estar siempre juntos, este libro es para nosotros.
Al grupo, a la familia, que gracias a ellos y su apoyo pude encontrar la
conexión y la espiritualidad que hacÃa falta.
Gracias a todas aquellas personas que han confiado en mÃ, que han creÃdo en lo que hago, a todas aquellas familias que me abrieron las puertas de su hogar, y asà seguir llevando mi labor a más gente, de todo corazón, gracias.
Agradezco a El Parlamento de las Aves, Casa Editora. Y a mi editor José Ì Ramón Guerrero Padilla, por ser un apoyo y guÃa muy grande para que este libro se pudiera realizar.





































































































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